Digno de ser Leído,
Releído y Aplicado
Cuando Einstein daba alguna
conferencia en las varias Universidades de USA, la Primera Pregunta que le
hacían los estudiantes, casi siempre, era... ¿Cree Ud.
en Dios? Su Respuesta Era: Yo Creo en el Dios de Spinoza. El que no Había
Leído a Spinoza se Quedaba en Nada.
Lo Máximo del Pensamiento...
Este caballero muy lúcido y arriesgado para escribir
semejantes razones en la época que vivió...
Si pensáramos así, habría más felicidad en el mundo, menos
fanatismo, menos guerras, más amor, más comprensión...
Baruch de Spinoza
Baruch de Spinoza
(también escrito Baruj de Spinoza) (Hebreo: Latín:
Benedictus de Spinoza, Portugués: Bento de Espinosa), (Ámsterdam, 24 de
noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo neerlandés,
de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado
uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con
el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.
Este es el Dios o
Naturaleza de Spinoza:
Dios hubiera dicho:
" Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a
disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te
diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos
templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices
que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos,
las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo
nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu
sexualidad fuera algo malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el
que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes
a mí por todo lo que te han hecho creer.
Deja ya de estar
leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si
no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus
amigos, en los ojos de tu hijito...
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir
a mí como hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni
te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que
perdonar. Si yo te hice... yo te llené de pasiones, de limitaciones, de
placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias... de libre
albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo
puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría
yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el
resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de
cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte,
que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no les hagas lo que no quieras
para tí. Lo único que te pido es que pongas atención
en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un
escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el
paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios
ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva
un registro.
Eres absolutamente
libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si
hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si
no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de
amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás
disfrutado de la oportunidad que te di.
Y si lo hay, ten por seguro que no te
voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?... ¿Te
divertiste?... ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste?...
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no
quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en
ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu
perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios
ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me
agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de
tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?... ¡Expresa
tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de
repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que
estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de
maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué
tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí
estoy, latiendo en ti.
Spinoza