Como
muestra el esquema superior sobre la pérdida de nutrientes según el método de
cocción, el microondas arrasa prácticamente con
todo, como un incendio, a diferencia de cocer al vapor que es la
mejor forma de aprovechar las vitaminas y minerales de los alimentos.
Aunque la versión oficial sigue manteniendo que es seguro (también lo decían
del Teflón y su uso estará prohibido en el 2015 cuando ya se ha demostrado que
es cancerígeno), desde su introducción en las cocinas han existido voces
científicas disidentes alertando de que invertir la forma de calentar los alimentos tenía
consecuencias.
El horno microondas es la técnica de cocción más invasiva de la historia y
totalmente inversa a lo tradicional. El fuego, el gas, la electricidad o la
vitrocerámica calientan un recipiente y éste al alimento, pero el microondas
actúa directamente sobre el producto mediante ondas electromagnéticas que hacen
vibrar a gran velocidad las moléculas, chocando unas contra otras y creando calor mediante fricción.
Aun con poca repercusión mediática, todas las líneas de alimentación sana y
natural coinciden en rechazar el uso de microondas al no compensar los minutos
que nos ahorramos de tiempo con la destrucción que genera en los alimentos y en
la salud.
Estos son 7 motivos para no usar el microondas y desterrarlo de la cocina y abajo las
explicaciones de las expertas Dra Odile Fernández
autora de”Alimentación anticáncer
1.
Se
destruyen las enzimas y parte de los nutrientes, como los
antioxidantes, hasta en un 75% (ver estudios abajo). Las ondas
electromagnéticas hacen vibrar las moléculas de agua de los alimentos motivando
una fricción que genera calor, de dentro a fuera. Y esto altera la estructura
química de los alimentos
2.
Aumentan
los radicales libres que son cancerígenos e
inmunosupresores
3.
El consumo de alimentados calentados/cocinados en
microondas debilita el sistema inmunológico y está
relacionado con diferentes enfermedades
4.
Las paredes celulares de las verduras al microondas
aparecen totalmente desgarradas vistas al microscopio (ver imagen inferior)
5.
Generan radiación electromagnética
6.
Además de los citados efectos a nivel físico-químico, a
nivel energético desvitalizan los alimentos
7.
Por último, ocupan un espacio importante en la cocina que
podríamos usar para algo más sano
(Fuente)
Por la
Dra. Odile Fernández en “Alimentación anticáncer” (2012)
Las
ondas emitidas por un microondas son ondas electromagnéticas que hacen vibrar a
gran velocidad las moléculas, chocando unas moléculas contra otras y creando calor mediante fricción. El calor producido no es
homogéneo, esto podemos observarlo fácilmente al preparar un alimento con este
artilugio. Normalmente quema la superficie y el resto del alimento está frío.
Con el uso del microondas alteramos las moléculas
del alimento y lo cargamos de radiación electromagnética, y esto creo
que no es muy natural, ¿no crees?
La
cantidad y calidad de las vitaminas y fitonutrientes
presentes en los alimentos disminuye significativamente si cocinamos en
microondas respecto a otros métodos de cocción menos agresivos. En un estudio
realizado en España compararon la cantidad de vitamina C y glucosinolatos
presentes en el brócoli antes y después de someterlo a distintos métodos de
cocción. Cuando se cocinaba en microondas la
cantidad de vitamina C disminuía en un 40 %, y la cantidad de glucosinolatos en un 74 %, sin embargo al cocinarlos
al vapor mantenía casi las mismas propiedades que crudo.
Si
a pesar de todo usamos el microondas debemos tener la precaución de no calentar nada en plásticos. Al calentar los alimentos
dentro de un recipiente plástico se libera un potente cancerígeno, bisfenol A, que penetra en el
alimento y va directamente a nuestra sangre al ingerirlo.
Por Montse
Bradford en “La nueva cocina energética” (1999)
A
diferencia del horno de gas convencional, que calienta un recipiente y éste al
alimento; el horno microondas calienta el alimento emitiendo ondas
electromagnéticas (las ondas atraviesan los recipientes). El impacto de dichas
ondas sobre las moléculas de agua contenidas en los alimentos, las hace vibrar
motivando una fricción que genera calor.
El
horno de microondas cocina de forma inversa al
tradicional. Mientras que cocinando con los métodos conocidos hasta
ahora, los alimentos se hacen de fuera a dentro, el horno microondas realiza la
misma operación de dentro a fuera. En otras palabras, los alimentos, bajo el
impacto de las ondas electromagnéticas, se suelen cocer primero en su interior
y, luego, el calor se transmite a la superficie.
El
doctor en biología Andreas Kuhne rebate la afirmación
de que la técnica de microondas no altera negativamente la estructura química
de los alimentos y conserva las vitaminas. Por ejemplo, el ácido fólico, vitamina del grupo B básica para la formación
de la sangre e importante para el sistema inmunitario y el crecimiento, desaparece cinco veces más rápidamente en los alimentos
tratados con microondas. También existen pérdidas considerables de las
vitaminas B1, B6 y C.
El
campo electromagnético que forman las ondas microondas puede alterar la estructura proteica de los alimentos de
forma mucho más intensa que los métodos de cocción tradicionales.
Las paredes celulares de las verduras cocinadas con microondas,
aparecen totalmente desgarradas vistas
al microscopio. El efecto de los campos electromagnéticos sobre la salud humana
se halla muy poco estudiado. Cualquier fuga supone una exposición muy superior
a la que nos tiene acostumbrados la naturaleza.
El
mismo doctor Kuhne ha apuntado la probabilidad de que
los efectos de la exposición sean los causantes de los actuales mareos, las
jaquecas, el cansancio y el debilitamiento de los
sistemas inmunitario y nervioso central.
Todos
estos datos que hemos seleccionado proceden de los primeros estudios serios
realizados para conocer los efectos del uso del horno microondas. En vista de
los resultados, cabría preguntarse: ¿vale la pena
correr tantos riesgos? ¿Por qué no seguir con métodos más naturales y
sanos, como la cocina de gas?
Por Olga
Cuevas en “El equilibrio a través de la alimentación” (2006)
Los
hornos microondas emiten unas ondas electromagnéticas con una frecuencia de 2.450 MHz que
ocasionan una agitación de las moléculas de agua del alimento a una
velocidad tal, que el rozamiento de unas contra otras liberan calor que se
propaga a toda la masa del alimento. Cuanto más agua tenga el alimento, más
rápidamente se calienta.
En
la materia natural de los alimentos, las moléculas que la constituyen se sitúan
en un orden determinado que le confieren su carácter vital; estas frecuencias a
las que se somete el alimento desorganizan sus constituyentes. Este efecto “desvitalizante”
del alimento apenas se observa en personas sanas, pero debilita a las enfermas,
sobre todo a aquellas con enfermedades degenerativas y crónicas.
Es
muy probable que en los alimentos cocinados en los hornos microondas, se forme una gran cantidad de radicales libres.
Y para no tener tentaciones, una lectora, que aún no ha sacado el microondas de
casa por desacuerdos al respecto con el marido, evita así la tentación de la
rapidez…
Info sobre las consecuencias del uso del microondas
·
Estudios de pérdida de nutrientes
·
Dra. Lita Lee: Health Effects of Microwave
Radiation-Microwave Ovens
·
Anthony Wayne y
Lawrence Newel: Radiation
Ovens. The Proven Dangers of Microwaves –castellano