Del libro
Ámate a ti mismo: Cambiarás tu vida por Louise Hay
La vida es muy simple. Recibimos lo que hemos
dado. Creo que todos somos responsables de todas las experiencias de nuestra
vida, de las mejores y de las peores. Todos los pensamientos que tenemos van
creando nuestro futuro. Cada uno de nosotros se crea su propia experiencia con
las cosas que piensa y las palabras que dice.
Las creencias son ideas y pensamientos que
aceptamos como verdades. Lo que pensamos de nosotros mismos y del mundo se hace
verdad para nosotros. Aquello que decidimos creer puede expandir y enriquecer
nuestro mundo. Cada día puede ser una experiencia emocionante, jubilosa y llena
de esperanza, pero también puede dejarnos un saldo de tristeza, limitación y
dolor. Dos personas que vivan en el mismo ambiente, en las mismas
circunstancias, pueden percibir la vida de manera muy diferente.
Qué es lo que puede llevarnos de uno a otro de
esos mundos? Yo estoy convencida de que son nuestras
creencias. Cuando estamos dispuestos a cambiar la estructura primaria de
nuestras creencias, entonces podemos experimentar un verdadero cambio en
nuestra vida.
Sean cuáles fueren las creencias que tengas sobre
ti mismo y sobre el mundo, recuerda que solo son pensamientos, ideas, y que las
ideas se pueden cambiar. Es probable que no estés de acuerdo con algunas de las
ideas que me interesa que estudiemos juntos. Quizás alguna de ellas te resulte
extraña e inquietante. No te preocupes. Solo aquellas que sean adecuadas para
ti llegaran a formar parte de tu propio ser. Tal vez pienses que algunas de las
técnicas que propongo son demasiado simples o tontas, y que no es posible que
den resultado. Lo único que te pido es que las pongas a prueba.
Nuestro subconsciente acepta todo aquello que
decidimos creer. El Poder Universal jamás nos juzga ni nos critica. Se limita a
aceptarnos por nuestro propio valor. Si tienes una creencia que te limita, esa
creencia llegara a ser tu verdad. Si crees que eres demasiado bajo, demasiado
gorda, demasiado alto, demasiado lista (o no lo suficiente), demasiado rico o
demasiado pobre, o que eres incapaz de relacionarte con la gente, entonces esas
creencias llegaran a ser tu verdad.
Recuerda que estamos hablando de pensamientos, y
que los pensamientos se pueden cambiar. Nuestras opciones respecto de lo que
pensamos son ilimitadas, y el momento del poder es siempre este momento, el
presente. Que estas pensando en este momento? Lo que
piensas, es positivo o negativo? Quieres que eso que
estas pensando construya tu futuro?
De niños, a partir de las reacciones de los
adultos que nos rodeaban aprendimos quienes éramos y que era la vida. Por eso
muchos tenemos una idea de nosotros mismos que no nos pertenece, como no nos
pertenecen muchas de las reglas que nos dictan como hemos de vivir. Si has
vivido con personas que eran desdichadas o coléricas, que se sentían asustadas
o culpables, entonces habrás aprendido muchísimas cosas negativas sobre ti
mismo y sobre tu mundo.
Cuando crecemos, tenemos tendencia a recrear el
ambiente emocional de nuestro hogar de la infancia. También tendemos a
reproducir, en nuestras relaciones personales, las que tuvimos con nuestros
padres. Si de niños nos criticaban mucho, en nuestra vida adulta buscaremos
personas que se comporten de igual modo. Si de niños nos elogiaron, amaron y
estimularon, intentaremos reproducir ese mismo comportamiento.
No estoy animándote a culpar a tus padres. Todos
somos victimas de victimas, y ellos no podían enseñarte algo que no sabían. Si
tu madre o tu padre no sabían lo que era amarse a si mismos, era imposible que
te enseñaran a ti cómo hacerlo. Se arreglaron lo mejor que pudieron con la información
que tenían. Piensa un momento en la forma en que los habían educado. Si quieres
entender mejor a tus padres, por que no les preguntas por su infancia?
No escuches únicamente lo que ellos te digan;
fíjate en lo que les pasa mientras hablan. ¿Que dice su lenguaje corporal? Si
puedes, míralos a los ojos y ve si encuentras en ellos al niño que llevan
dentro. Quizá solo puedas verlo durante una fracción de segundo, pero es
posible que eso te de acceso a alguna información valiosa.
Yo creo que elegimos a nuestros padres. Creo que
hemos decidido encarnarnos en esta tierra en un momento y un lugar
determinados. Hemos venido aquí a aprender ciertas lecciones que nos permitan
avanzar en nuestra senda espiritual y evolutiva. Creo que escogemos nuestro
sexo, el color de nuestra "piel y nuestro país, y luego buscamos
específicamente los padres que favorezcan nuestro trabajo espiritual en esta
vida.
Todo aquello con que nos enfrentamos es un
pensamiento, y los pensamientos se pueden cambiar. Sea cual fuere el problema,
tus experiencias son los efectos externos de algo interno: tus pensamientos.
Incluso el odio a uno mismo es una idea que uno tiene de si. Esta idea produce
un sentimiento, y uno acepta ese sentimiento. Pero si no tuviéramos la idea, no
tendríamos el sentimiento. Los pensamientos se pueden cambiar. Cambia el
pensamiento y el sentimiento desaparecerá.
El pasado no tiene poder sobre nosotros. No
importa cuanto tiempo nos hayamos pasado siguiendo una pauta negativa. Podemos
liberarnos de ella en este momento.
Tanto si lo creemos como si no, somos nosotros
quienes escogemos nuestros pensamientos. Quizás habitualmente pensemos una y
otra vez lo mismo, de modo que no parece que estemos eligiendo nuestros
pensamientos, pero en su momento hicimos la opción original. Podemos negamos a
pensar ciertas cosas. ¿Cuantas veces te has negado a pensar algo positivo sobre
ti mismo? También puedes negarte a pensar algo negativo sobre ti mismo.
La creencia mas intima de todas las personas con
quienes he trabajado es siempre: « ¡Yo no sirvo para...!» Todas las personas
que conozco o con quienes he trabajado padecen, en mayor o menor medida, de
sentimientos de culpa o de odio hacia si mismas. «Yo no sirvo para esto, o no
hago lo suficiente para conseguir lo otro, o no me lo merezco», son quejas bien
comunes. Pero, ¿a los ojos de quien, o según que normas no sirves, o no te lo
me-reces?
Estoy convencida de que el resentimiento, las
críticas y el miedo causan la mayoría de los problemas que tenemos en la vida.
Estos sentimientos provienen de que culpamos a los
demás y no asumimos la responsabilidad de nuestras propias experiencias. Si
somos los únicos responsables de todo lo que nos pasa en la vida, entonces no
hay nadie a quien culpar. Sea lo que fuere lo que este sucediendo «ahí fuera»,
no hace mas que reflejar la intimidad de nuestros propios pensamientos.
No es que yo excuse a los demás por su mal
comportamiento; lo que afirmo es que nuestro sistema de creencias atrae tal
comportamiento. En ti hay alguna idea que atrae a la gente que exterioriza esa
clase de comportamiento. Si la gente abusa constantemente de ti o te maltrata,
piensa que la pauta es tuya. Esa forma de comportamiento desaparecerá de tu
vida cuando cambies la idea que la atrae.
Podemos cambiar nuestra actitud hacia el pasado.
El pasado paso, y no se lo puede cambiar. Es una tontería que nos castiguemos
ahora porque alguien, hace mucho tiempo, nos hizo daño.
Si optamos por creer que somos victimas
desvalidas y que para nosotros no hay esperanza, el mundo apoyara nuestra
creencia. Nuestras peores opiniones de nosotros mismos se verán confirmadas.
Si optamos por creer que somos responsables de
nuestras experiencias, tanto de las buenas como de las supuestamente malas,
entonces tendremos la oportunidad de superar y dejar atrás los efectos del
pasado. Podemos cambiar; podemos ser libres.
El camino hacia la libertad pasa por la puerta
del perdón. Quizá no sepamos perdonar, y tal vez no deseemos hacerlo; pero si
tenemos la voluntad de perdonar, estamos iniciando el proceso de sanar, y para
que este proceso llegue a su fin, es indispensable que dejemos de aferrarnos al
pasado y que perdonemos a todo el mundo.
Esto no significa que yo excuse el mal
comportamiento. Lo que quiero es estimular el proceso que te lleve a liberarte.
Perdonar significa renunciar, aflojar la presión. ¡Entendemos tan bien nuestro
dolor! Y sin embargo, a casi todos se nos hace difícil entender el dolor de
alguien que nos maltrato. Esa persona a quien necesitamos perdonar también
sufría. Y además, no hacia más que reflejar lo que nosotros creíamos de
nosotros mismos. Esa persona hizo lo mejor que podía hacer, dado lo que sabia,
lo que comprendía y la conciencia que tenia en aquel momento.
Cuando la gente viene a verme con un problema
-sea éste el que fuere: mala salud, falta de dinero, relaciones
insatisfactorias o creatividad bloqueada-, no hay más que una cosa sobre la
cual yo trabajo siempre, y es el amor a uno mismo.
He comprobado que cuando realmente nos amamos,
aceptamos y aprobamos exactamente tal como somos, todo
fluye sin obstáculos en la vida. La aprobación y la aceptación de nosotros
mismos, aquí y ahora, son la clave de los cambios positivos que podemos lograr
en todos los ámbitos de nuestra vida.
Para mí, amarse a uno mismo significa no
criticarse nunca jamás, por nada. La critica nos aprisiona en la pauta misma
que estamos procurando cambiar.
Haz el intento: apruébate, y ve que pasa. Hace
años que vienes criticándote. ¿Te ha servido de algo?
<<<***>>>*<<<***>>><<<***>>>*<<<***>>><<<***>>>*<<
Compartido por www.destellosdeluz.com.ar