Recibido por Gillian MacBeth-Louthan
A medida que la velocidad en que tus sueños se vuelven realidad
incrementa en dimensión y profundidad, llegas a una intersección de
tiempo donde todos tus sueños pasados se traslapan y fusionan con todas
tus nuevas creaciones. Aquí es donde ellas se fusionan en un formato físico que sostiene
una vasta gama de posibilidades.
A este
punto de multiplicidad uno puede respirar más vida en sus sueños o
simplemente permitirles volverse realidad por sí mismos. En esta sagrada
intersección
es donde puedes ajustar la senda que siguen los sueños.
Cuando
uno ha recibido el obsequio de un sueño vuelto realidad, es importante
darse cuenta de que el individuo se lo ha ganado. Para manifestar cualquier cosa de gran potencial uno tiene que
caminar a través de las sombras del yo y del temor y otras limitaciones
ilusorias.
En esta
iniciación uno se ve cara a cara con la bestia interior que roe el hueso
de la carencia y los sabrosos temores. El avanzar a niveles de la verdad más elevados demanda de uno
volverse valiente más allá de cualquier temor creado por uno mismo
o por la circunstancia. Requiere que uno llene el campo diseñado de preguntas
con tinta roja, para que todas puedan verse en la plenitud del tiempo,
permitiendo que todas las solicitudes sean procesadas de conformidad.
Viendo
tus sueños manifestados plenamente requiere tener agallas con muy poca
gloria. Te pide que te integres a
un sistema con el que tal vez no estés de acuerdo, y sin embargo mediante tu
integración misma cambias el resultado de lo que va a ser. Cada cosa en la
Tierra tiene una conciencia y es un ser viviente; esta conciencia responde a
todos tus impulsos de pensamiento, sin excepciones. Tú estás alimentando
continuamente lo que va o no va a ser con cada pensamiento lleno de energía. En
el proceso de la procreación no eres permitido dudar de tí
mismo para nada, pues tan sólo un fugaz pensamiento de
derrota puede manchar la tanda total de la creación.
NO
PUEDES TEMER EL FRACASO, PUES SI LO HACES LO ESTÁS INVITANDO....
A medida
que nos acercamos a todo lo que buscamos que sea, vamos a encontrar que si
entras a un lugar que se siente negativo o abusado {un lugar sagrado, una
iglesia o un Wal-Mart, para ese caso), no corras con
tu cuento/rabo entre tus piernas. Detente un minuto completo y bendice lo que
parece no tener Luz. Tal vez la Luz latente aguarda a que la reconozcas
para hacerse luminescente. Todo el mundo de Dios es un lugar santo, desde el
basurero de la ciudad hasta las cimas de las hermosas montañas. La Luz necesita que
hables para traerla a la existencia; sin tu participación ella simplemente yace
aguardando, como la bella durmiente; necesita tu beso.
Lo que
vive profundo dentro de la gente de la Tierra tiene más valor que todo el oro y
los diamantes en la Tierra. Un ser que finalmente se ve a sí mismo como un
vehículo sagrado es invaluable. Vale la pena arriesgarse por un ser que
recuerda su identidad divina. Todo lo que te sucede te viene como un obsequio,
sin importar cómo está envuelto. Tu crencia en esta
declaración es lo que redigirá la manifestación a algo
más hermoso de lo que esperabas originalmente.
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