EL CABALLO

Soy el caleidoscopio de la mente.
Imparto, luz, color y movimiento perpetuo.
Pienso, veo y me muevo con fluidez eléctrica.
Constante únicamente en mi inconstancia
No me traban las ataduras mundanas
Ni me ponen límite objetivos estrechos.
Sin freno corro por senderos vírgenes.
Indómito mi espíritu,
Mi alma por siempre en libertad.
SOY EL CABALLO

EL AÑO DEL CABALLO

La energía del caballo despierta una intuición poderosa, así como una necesidad indomable de libertad en todos los aspectos de la vida.  Este es un año vivaz,  lleno de optimismo e inspiración, en el que los proyectos pueden llevarse a cabo con gran velocidad y con eficiencia. Será un tiempo rico en aventuras en el que se podrá seguir con agrado el paso ágil del caballo.  «Acción» será la palabra clave, todo se pondrá en marcha a gran velocidad por lo que  debemos cuidar de no exigirnos demasiado, ya que aunque puede ser un año muy gratificante, puede acabar con nuestras reservas de energía y dejarnos agotados. 

La madera significa el inicio de la vida,  la primavera,  la vitalidad y el entusiasmo, por lo que en este año prevalecerá la libertad y la innovación.  Sin embargo, es necesario cultivar la firmeza para disfrutar de la libertad de movimiento, porque  la disposición del caballo es rápida pero puede perder el rumbo. La perseverancia y la flexibilidad serán las virtudes necesarias para lograr lo que uno desea.

Los ánimos estarán un poco susceptibles en el terreno de la diplomacia y de la política, ya que  los años de la energía de caballo se caracterizan por ser años de crisis   -sobre todo económicas y de movimientos sociales.  Por tanto  es posible que los sobresaltos y cambios mundiales demanden mucha fortaleza y esfuerzo en los ámbitos individual y colectivo. Sin embargo, a nivel de los grupos esta  energía permite lograr un nivel elevado de solidaridad y comunión social, por lo que es propicio crear  ambientes agradables donde se puedan  expresar las mejores cualidades.

Será fácil sentirse osado y valiente así que representa un buen período para caminar hacia esos horizontes con los que uno siempre se ha soñado.  Hay que escuchar los sentidos y por más que el viento cambie constantemente, la intuición tendrá que ser la guía  una vez que uno  ha  olfateado la pista. El caballo de madera invita a galopar  gozosamente hacia adelante dejando atrás el deber ser, los viejos recuerdos y remordimientos para adentrarse con un grito gozoso en lo que uno realmente anhela.     

El Caballo está presente también en nuestra tradición de Budismo Shambhala como Lungta o “Caballo de viento”;  la energía vital, llena de deleite y poder gracias a la cualidad de estar en el momento presente.  La joya que lleva en el lomo es el símbolo de la sabiduría y compasión que conduce a actuar no en beneficio propio sino el de todos los que nos rodean.