FE
Por D.T.
Marches*
Agosto de
1953
Texto:
Diario de El Puente a
Fue Pablo
quien dijo: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de
lo que no Se ve”. Hebreos 11:1
A menudo
estudiantes avanzados en el Sendero han dicho que gente con una manera de
pensar superficial parece estar más contenta y tener más bienes materiales que
los estudiantes en el Sendero, y también parecen recibir más
"respuestas" a sus "oraciones". Esto es así porque cierto
porcentaje de todas las Cualidades Divinas son indiscriminada e impersonalmente
dotadas sobre la vida en general por los representantes de dichas Virtudes, y
toda corriente de vida que ejerza la cualidad de Fe puede atraer a sí ese bien,
ya que
Sin
embargo, el estudiante en el Sendero entra bajo otra fase de
Jesús
dijo: “Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sin que
el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y
el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras” Juan 14:10-11.
Los hombres deben saber que ellos y el Padre son uno en Cristo. El hombre debe
aprender a auto-identificarse con ese Ser Interno. La inteligencia externa
simplemente transmite, a través del medio de pensamiento y sentimiento, sus
deseos al Ser Cristico que espera y escucha; y a través de una acción de la
gran Ley Cósmica, el Ser Cristico atrae las condiciones y circunstancias
requeridas hacia él y las hace manifestarse en su mundo.
Es
menester que el hombre en el Sendero aprenda que el único camino que lleva al
Padre es a través del Cristo Interno. YO SOY la puerta abierta al Reino del
Padre. Cultiven el contacto y disfruten de la compañía de su bella Identidad
Crística propia, y atraigan los dones de Dios a través de esa "puerta
abierta", de la misma manera que los seres de
La
cooperación consciente con (y la más completa fe en) el poder de tu propio Ser
Superior, es Maestría. El poder de Jesús reposaba en Su Fe en su propio Ser
Cristico. No en vano decía: “El que en Mí cree, las obras que yo hago, él las
hará también”. Juan 14:12.