Mejore Su Salud Cerebral al Desarrollar un Mejor Propósito en Su Vida y Otras Estrategias Simples que Mejoran su Cerebro

 

Un reciente estudio1,2 incluso ha vinculado un sentido de propósito a la vida a una reducción de probabilidades de sufrir un derrame cerebral. Más de 450 personas mayores fueron incluidas en el estudio y se sometieron a evaluaciones físicas y psicológicas anuales hasta su muerte.

El propósito de vida fue juzgado en una escala de cinco puntos y por cada aumento de un punto en la puntuación, las probabilidades de tener un infarto macroscópico (claramente daño visible de derrame cerebral en la autopsia) se redujo en un 50 por ciento.

En total, las personas con un fuerte sentido de propósito en la vida eran 44 por ciento menos propensos a sufrir el tipo de mayor daño en el tejido cerebral que eleva el riesgo de demencia y discapacidad relacionada con la edad.

Este vínculo incluso se mantuvo después de ajustar los factores como la obesidad, el tabaquismo, la diabetes, presión arterial y la falta de ejercicio. El autor principal, Lei Yu dijo a Reuters:3

"Nosotros y otros han demostrado que el propósito en la vida protege contra múltiples resultados de salud adversos en la edad avanzada... Es importante destacar que, el propósito en la vida se puede mejorar a través de cambios en el comportamiento o participando en actividades como el voluntariado, entre otras cosas."

Tener un sentido de propósito en la vida es un componente clave del bienestar psicológico, y consiste en buscar un sentido en lo que hace y lo que es y llevar una vida enfocada en objetivos. Según el estudio:

"Las personas mayores con un mayor sentido de propósito son menos propensas a desarrollar resultados de salud adversos, incluyendo mortalidad, disminución de la función física, fragilidad, discapacidad, enfermedad de Alzheimer (EA) y derrame cerebral clínico."

 

¿Su Personalidad Está Enfocada en la Longevidad?

 

Tener un sentido de propósito y mantenerse productivo también demostró promover la longevidad en el proyecto Longevity,4 un estudio en Stanford que abarcó 80 años. Aquí, su nivel de conciencia, específicamente, fue identificado como un marcador para la longevidad.

Los investigadores creen que la razón de esto se debe a que el comportamiento de conciencia influye en otros comportamientos.

Por ejemplo, la gente consciente tienden a tomar decisiones más saludables, como evitar fumar, elegir trabajos que disfrutan y estar con parejas que se llevan bien--factores que pueden tener un impacto significativo en su nivel de estrés y satisfacción general.

La gente consciente también tiende a ser más productiva, incluso después de la edad de jubilación y tienden a considerar su trabajo como un propósito.

El Proyecto Longevity descarta la idea de que el trabajo pesado lo matara más más rápido. Por el contrario, las personas que permanecen siendo productivas y trabajan duro toda su vida en realidad tienden a ser más felices, más saludables y más sociales en comparación con aquellos que no trabajan tan duro.

 

Las Actitudes Positivas También Reducen los Riesgos de Enfermedades Cardiacas e Influye en la Expresión Génica

 

Otros estudios han demostrado que los pensamientos y actitudes positivas pueden fortalecer su sistema inmunológico, disminuir el dolor, enfermedad crónica y aliviar el estrés.

 

Por ejemplo, un estudio5 encontró que la felicidad, optimismo, satisfacción con la vida y otros atributos psicológicos positivos se asocian con un menor riesgo de enfermedades cardiacas.

Incluso se ha demostrado científicamente que la felicidad puede alterar sus genes. Un equipo de investigadores de la UCLA demostró que las personas con un profundo sentido de felicidad y bienestar tuvieron niveles más bajos de expresión inflamatoria en los genes y respuestas antivirales y anti cuerpos más fuertes.6

Esto cae en el ámbito de la epigenética—lo que cambia la manera en que sus genes funcionan al alterar los factores ambientales, incluyendo sus pensamientos y emociones.

 

Cómo Reprogramar Su Cerebro Enfocado en la Salud y Felicidad

 

Pero qué tal si ya no es optimista, feliz, satisfecho, ni tampoco vive con un sentido de propósito; ¿qué puede hacer? No es para preocuparse. Si bien puede parecer que ciertas actitudes psicológicas están arraigadas al punto de ser inalterable, la realidad es que puede cambiar su actitud.

 

Forbes7 recientemente enumeró una serie de estrategias recomendadas por Davidson, Ph.D., autor de The Emotional Life of Your Brain, reprogramar las vías nerviosas en el cerebro para aumentar el optimismo, enfoque, auto-conciencia y otras actitudes que mejoran su salud. Esto incluye:

Visualice a alguien que sepa que está sufriendo--un vecino que está enfermo o un amigo que tiene problemas en su matrimonio--y en cada respiración imagine que está pasando por ese sufrimiento.

En cada exhalación, imagine que el sufrimiento se transforma en compasión, lo que ayudará a aliviar el dolor de la persona," escribe Forbes.

 

o   Rodearse de recordatorios, tales como fotos o recuerdos de momentos felices

o   Expresar regularmente gratitud

o   Agradecer a las personas por lo que le gusta o aprecia de ellos

o   Practicar la consciencia

o   Visualizar la compasión.

o    

o   "Si desea ser más resistente, Davidson sugiere hacer estos ejercicios de cinco a 10 minutos de jalón, cuatro o cinco veces a la semana:

o    

Su Cerebro Crece y Cambia a lo Largo de la Vida

 

Hasta hace poco, se creía que el cerebro humano no podía generar nuevas células neuronales, una vez que las células cerebrales están muertas o dañadas. Este viejo modelo ya no es relevante, ya que se ha demostrado que su cerebro no sólo puede generar nuevas células (neurogénesis), también puede crear nuevas conexiones neuronales.

 

Así que, en realidad tiene mucho más control sobre el cerebro y la mente de lo que piensa. Según lo sugerido por el Dr. Davidson, incluso se puede reprogramar su cerebro para ser más optimista—y con solo eso podría crear un bucle de retroalimentación beneficioso que promueve la salud en el resto de su cuerpo.

La capacidad de su cerebro para cambiar y adaptarse en respuesta a la experiencia se conoce como neuroplasticidad.8Usted puede pensar en esos cambios neurológicos como la forma en que su cerebro se programa para desempeñar sus necesidades.

 

Un ejemplo de esto es cuando está aprendiendo una nueva habilidad. Entre más se enfoque y practique, más hábil será y este será el resultado de nuevas conexiones neuronales que se forman en respuesta a sus esfuerzos de aprendizaje. Al mismo tiempo, su cerebro está experimentando un proceso "recorte sináptico" que implica la eliminación de las vías que ya no necesita.

 

Este fenómeno también se aplica a los estados emocionales. Por ejemplo, si tiene antecedentes de ansiedad, sus vías neurales se adhieren a las vías de la ansiedad. Si desarrolla herramientas para sentirse tranquilo y pacífico la mayoría del tiempo, esas vías de ansiedad son eliminadas debido a la falta de actividad—el término "úselo o piérdalo" se aplica aquí.

 

Además de las experiencias de vida y/o entrenamiento mental, la plasticidad de su cerebro también es controlada por su alimentación y estilo de vida, como el ejercicio. A pesar de lo que los medios le dicen, su cerebro no está "programado" para encogerse y fallar a medida que envejece.

Los alimentos que come, el ejercicio, estados emocionales, patrones de sueño y su nivel de estrés de todos estos factores influyen en el cerebro de un momento a otro. Todos estos factores también influyen en su expresión genética. Es importante entender que un determinado gen no está en una posición estática "prendido" o "apagado." Usted podría portar un gen que activa la enfermedad que nunca se expresó, simplemente porque nunca se proporciona el entorno necesario para encenderlo. Según explicó el neurólogo David Perlmutter:

"Interactuamos con nuestro genoma cada momento de nuestras vidas y podemos hacerlo de manera muy positiva. Mantener su bajo nivel de azúcar en la sangre es muy positivo en términos de permitir que los genes expresen menor inflamación, lo que aumenta la producción de antioxidantes que dan vida.

 

Así que esa es la regla número uno: Usted puede cambiar su destino genético. Regla número dos: Puede cambiar su destino genético para crear nuevas células cerebrales... Usted está constantemente creando nuevas células cerebrales en los años 50, 60, 80 y 90 años—durante toda su vida--a través de un proceso llamado neurogénesis."

 

Proteja Su Cerebro con Elecciones Más Inteligentes

 

Un número de estrategias de estilo de vida han demostrado promover la neurogénesis. Esto incluye ejercicios, en especialel entrenamiento en intervalos de alta intensidad, restricción calórica (el ayuno intermitente parece tener muchos de los mismos beneficios mientras que es el más fácil de realizar) y reducir los carbohidratos no vegetales (especialmente granos y azucares).

Según el Dr. Perlmutter, quien escribió el excelente libro Grain Brain, una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa es un componente clave para prevenir la enfermedad de Alzheimer. El gluten parece ser particularmente problemático para la salud del cerebro.

También necesita muchas grasas de omega-3 de alta calidad. Yo prefiero el aceite de kril al aceite de pescado, ya que el aceite de kril también contiene astaxantina, que es particularmente beneficiosa para el cerebro. La astaxantina es un carotenoide, ideal para reducir el daño mediado de los radicales libres de la grasa—y su cerebro es 60--70 por ciento grasa.

 

Otros dos nutrientes que desempeñan un papel importante en su salud cerebral son la vitamina D y la colina. Los investigadores han localizado las rutas metabólicas para la vitamina D en el hipocampo y el cerebelo del cerebro; áreas que están involucradas en la planificación, procesamiento de información y formación de la memoria. En los adultos mayores, las investigaciones han demostrado que los niveles bajos de vitamina D están relacionados con una mala función cerebral.

 

La colina también reduce la inflamación y desempeña un papel en la comunicación nerviosa. Los huevos y la carne son dos de las mejores fuentes alimentarias de colina. Si no consume alimentos de origen animal, podría estar en riesgo de deficiencia y sería prudente que considerara un suplemento. Por último, pero no menos importante, el estado de su intestino también puede tener una influencia significativa en la función cerebral. Su intestino es literalmente su "segundo cerebro."

 

Así como tiene neuronas en el cerebro, también tiene neuronas en su intestino, y las bacterias intestinales transmiten información de su tubo digestivo al cerebro a través de su nervio vago.

 

La flora intestinal anormal se ha relacionado con el desarrollo anormal del cerebro y podría ser el factor ignorado en muchos casos de depresión. Además de evitar el azúcar, una de las mejores maneras de apoyar la salud intestinal es consumir vegetales fermentados, que están cargados con bacterias beneficiosas.

 

Opciones Saludables y una Temperatura Soleada Podrían Prevenir Muchos Males

 

El mensaje aquí es que tiene un gran control sobre su mente, salud cerebral y esperanza de vida, en base a las decisiones personales que realice--desde la forma de pensar de cómo se mueve, lo que elije comer y el momento. Para obtener una guía de alimentación completa, revise mi Plan de Nutrición que también aborda el ayuno intermitente.

 

Al final, no hay una solución rápida cuando se trata de la longevidad. No hay ninguna píldora mágica ni tampoco una fuente de la juventud. Pero la solución tampoco no tiene que ser difícil o complicada. Una vez que haya memorizado lo básico, comer bien y hacer ejercicio se convertirá en una rutina, y no requiere de mucho pensamiento.

 

Hablando de pensamiento, lo ideal sería que mantuviera su mente tan activa como su cuerpo. Recuerde, aprender algo nuevo es una manera de mantener el cerebro joven, por lo que seguir aprendiendo durante toda la vida es una buena idea.

 

Las investigaciones9 han demostrado que participar en actividades cognitivamente estimulantes tanto en la edad temprana como avanzada está relacionada con un menor deterioro cognitivo en la vejez. Por el contrario si no desafía lo suficiente a su cerebro con información nueva y sorprendente, con el tiempo empezara a deteriorarse.