Llega con un nuevo revestimiento energético.
en esta publicación podrás encontrar ejercicios de energía especialmente diseñados
para ayudarte a enraizar, a volver a tu centro y a reordenar tus energías, para
despejar y liberar de tu campo cualquier residuo que haya podido producirse
durante Septiembre. De esta manera podrás sacar el máximo partido del potencial
expandido que nos presenta el mes de Octubre.
Ejercicio 1: Ejercicio de enraizamiento para
volver a tu centro.
Es un ejercicio de enraizamiento que ya
presenté en el año 2005 y que resulta muy efectivo para arraigar y equilibrar la
energía. Con él, podrás traer la energía de la Tierra y de la matriz cristalina
a tu cuerpo y con la combinación de ambas, podrás crear un escudo protector de
energía de luz equilibrada y arraigada. Puedes utilizar este ejercicio de
enraizamiento en cualquier momento en que creas que necesitas volver a
enraizarte, volver a tu centro, cuando te sientas ansioso, con miedo o
simplemente, cuando necesites un pequeño aporte extra de energía.
EJERCICIO DE ENRAIZAMIENTO PARA RECUPERAR
NUESTRO CENTRO Y EQUILIBRIO
por Jennifer Hoffman
Puedes utilizar este ejercicio para arraigar
y enraizar tu energía con la energía de la Tierra y la matriz cristalina (que
es una rejilla de luz que se encuentra por encima de la Tierra). Con él, podrás
introducir en tu cuerpo la energía de la Tierra y la energía de la matriz
cristalina, desde tu coronilla. Realizaremos una serie de ejercicios para unir
estas energías, para que después puedan crear un escudo protector de luz a
nuestro alrededor.
Siéntate con la espalda recta, con los pies
bien asentados en el suelo y las manos suavemente apoyadas en el regazo.
Toma una inhalación profunda y comienza a
relajarte, con la intención de enraizar, centrar y equilibrar tu energía.
En la siguiente inhalación, vas a sentir
la Tierra bajo tus pies. Imagina que unas raíces salen de la planta de los pies
para adentrarse en el interior de la Tierra. A través de esas raíces, vas a
traer la energía de la Tierra hasta los pies, las piernas, hasta las caderas,
el vientre, hasta llegar a tu centro del corazón.
Haz una pausa y al exhalar imagina un rayo
de luz de la longitud de tus brazos que comienza a rodearte, por delante
y por detrás. Puedes hacer el rayo tan grande o tan pequeño como desees; puede
ser como una línea delgada que creas a tu alrededor o como una inmensa esfera
que te cubre completamente.
En la siguiente inhalación, lleva la
atención a la coronilla y puedes imaginar que se abre tanto como desees.
Visualiza entonces la matriz cristalina, esa red energía que se encuentra por
encima de tu cabeza, imaginando que vierte su energía hasta tu coronilla, y que
va descendiendo por tu cabeza, tu cara, cuello, hasta llegar al centro corazón,
en el centro del pecho.
Haz una pausa durante unos momentos, y con
una larga exhalación, imagina que sale de tu corazón un rayo de luz de la
longitud de tus brazos y que te envuelve completamente en un círculo que de
nuevo, puede ser tan pequeño o tan grande como quieras imaginar.
En la siguiente inhalación, imagina que
entra por tus pies la energía de la Tierra, al mismo
tiempo que la energía de la matriz cristalina entra
por la coronilla y visualiza como ambas se reúnen en tu corazón. Al exhalar,
visualiza de nuevo el rayo de luz de la longitud de tus brazos que te envuelve
completamente en una esfera, tan grande o tan pequeña como desees. Puede ser
diminuta, como un pequeño donut, o como un inmenso capullo de protección que te
rodea.
Para practicar, realizaremos este proceso
una vez más.
Lleva la energía de la Tierra desde los pies
hasta el corazón, a la vez que atraes la energía de la matriz cristalina
también hasta el corazón, imaginando que las dos se unen en ese punto. Inhala,
imaginando que afluye a tu corazón tanta energía como quieras. En la
exhalación, vas a irradiarla desde el pecho en forma de un rayo de luz, que va
formando una esfera que te envuelve completamente, por delante y por detrás. De
nuevo, la esfera puede ser tan grande como desees.
Ahora, centra tu intención en enraizar y
centrar tu energía, por arriba y por debajo. Siéntete como el punto de
encuentro entre la matriz cristalina por encima de tu cabeza y la Tierra bajo
tus pies. Realiza cualquier ajuste que consideres necesario para que tu energía
esté perfectamente equilibrada y centrada, y para que tu parte humana y tu
parte divina estén en armonía, lo material y lo espiritual, la tierra y el
cielo.
Puedes realizar esta meditación siempre que
te encuentres estresado, ansioso, preocupado, enfadado, o si sientes que has perdido
el equilibrio. Toma entonces una inhalación y atrae la energía de la Tierra y
de la matriz cristalina hacia ti, para irradiar desde tu corazón un anillo de
protección, de manera que tanto la energía de la Tierra como la energía de la
matriz cristalina te protejan y estén siempre a tu alrededor.
Espero que esta meditación te resulte útil.
Ejercicio de expansión del campo de energía
por Jennifer Hoffman
Con este ejercicio aprenderás como expandir
tu campo de energía porque, con un campo de energía expandido, podrás recibir
energía de frecuencias más elevadas. Cuanto más grande puedas hacer tu
contenedor energético, más fácil te será recibir energía y manifestar aspectos
mayores de tu potencial, ya que podrás acceder a nuevas frecuencias energéticas
y a vibraciones que crearán a su vez, nuevas posibilidades en tu
realidad.
Con él, aprenderás a sostener energía de
vibración elevada y a expandirla hacia el exterior, en todas direcciones. Para
ello, visualizaremos en primer lugar cómo nos llenamos de energía y, después,
agrandaremos nuestro campo de energía tanto como nos sea posible.
Puede que algunos realicéis el ejercicio
hasta el final, mientras que otros, quizá, sintáis la necesidad de deteneros en
algún punto del recorrido. Si es así, observad dónde queréis parar y daos
cuenta también de lo que sentís mientras estáis expandiendo vuestra energía.
En la meditación de Enraizamiento ya
aprendimos cómo traer energía desde la matriz cristalina hasta nuestro cuerpo, a
través de la coronilla. Si no has hecho este ejercicio todavía, te sugiero que
vuelvas atrás y que lo hagas antes de continuar. Si ya estás familiarizado con
el proceso, puedes seguir adelante.
Siéntate con la espalda recta. Es posible
realizar este ejercicio tumbados boca arriba, pero lo ideal es hacerlo
sentados, porque nos interesa que los pies estén firmemente arraigados en el
suelo. Vamos a traer energía desde la matriz cristalina hasta nuestro cuerpo,
de manera que no debes preocuparte por la posibilidad de atraer energías de
frecuencia inferior.
Únicamente podemos trabajar con la energía
que se corresponde en frecuencia y vibración con nuestra propia energía, y
siempre al mismo nivel que nuestro propio potencial. Por lo tanto, en ningún
caso vas a trabajar con energías con las que no estés familiarizado o con las
que pudieras sentirte incómodo.
Una vez aclarado esto, comencemos.
Toma una respiración profunda para
enraizarte. Afloja los hombros mientras relajas todo tu cuerpo y deja que la
cabeza vaya encontrando una posición natural. Las manos pueden descansar
suavemente sobre el regazo o a ambos lados del cuerpo.
Vas a imaginar cómo tu coronilla se abre y
empieza a recibir energía. Visualiza el chakra de la
corona completamente abierto, como un sombrero puesto del revés. Imagina
también la matriz cristalina como un campo de luz, como una inmensa rejilla de
luz por encima de tu cabeza; se trata de una red que, aunque se encuentre
alejada de la tierra, sostiene todas las improntas energéticas procedentes
de ella.
Vas a traer hacia ti un rayo de luz de esa
rejilla que resuene con tu energía y, visualiza cómo el rayo de luz entra por
tu coronilla y desciende por tu cara, tu cuello y pecho, hasta llegar al centro
del pecho y al corazón.
Permite que siga fluyendo energía hacia tu
corazón, hasta que lo sientas muy brillante y completamente expandido. Inhala y
exhala, y al inhalar, sigue permitiendo que llegue más y más energía hasta el
corazón. Continúa llenándolo, hasta que tengas la sensación de que ya no
podrías añadir ni un milímetro más de luz.
Una vez que tu corazón esté repleto de luz,
al exhalar, vas a expandir esa energía por todo tu cuerpo. Siente cómo llega
hasta tu cabeza, tus oídos; cómo baja por tu cuello, por tus brazos, y sigue
descendiendo por tu pecho, tus caderas, rodillas, hasta llegar a los pies.
Recuerda inhalar y exhalar profundamente todo el tiempo.
Podrías enviar parte de esta energía a la
Tierra si lo deseas, pero en este ejercicio nos centramos en llenar
completamente de luz nuestro propio campo de energía.
Cuando tengas la sensación de que todo tu
campo está repleto de luz y brillante, vas a proyectar parte de esa energía
hacia el exterior con la siguiente exhalación. Al principio, puedes hacerlo
despacio, como explorando el terreno, expandiéndola tan sólo aproximadamente a
un metro de distancia de tu cuerpo.
Imagina que la energía va tomando la forma
de una inmensa burbuja de luz que te rodea por delante, por detrás, por arriba,
por debajo y también a los lados, siempre a la distancia aproximada de un
metro.
De nuevo, toma aire, y al exhalar, vas a
expandir la energía un poco más allá, de manera que abarque también la
habitación donde te encuentras en este momento. Continúa empujando la energía
hacia afuera, hasta que llene completamente toda la habitación. Si tenemos la
sensación de que necesitas más energía, simplemente, abre más el Chakra de la corona y permítete recibir más energía de la
matriz cristalina.
Toda la habitación se está llenando de luz
porque tu campo de energía está expandido y llega a alcanzar poco a poco el
mismo tamaño que la habitación.
A través de la respiración, aprovecha la
exhalación para continuar enviando energía a tu campo y expandirlo más
aún, hasta que llegue adquirir el tamaño de la casa o edificio donde te
encuentras.
Al inhalar, continúa atrayendo energía hacia
ti desde la matriz cristalina para que, en la próxima exhalación, tu campo
llegue a adquirir el tamaño de todo tu vecindario.
Inhala de nuevo para tomar aún más energía de
la matriz cristalina, y lograr así expandir tu campo hasta que cubra
completamente toda tu ciudad.
Vuelve inhalar para recoger más energía aún
de la matriz cristalina, y expande tu campo en esta ocasión hasta que abarque
todo tu país o tu continente.
Inhala una vez más para absorber energía de
la matriz cristalina desde la coronilla, y expande ahora tu campo hasta que
englobe a toda la Tierra y tú puedas visualizarte siendo tan grande como ella,
en mitad del universo, observando al resto de los planetas y las estrellas.
Nos queda todavía un paso más. Esta vez,
toma una inhalación aún más profunda, con el fin de absorber toda la energía
que puedas de la matriz cristalina, y vas a visualizarte expandiéndote hasta
llegar a ser tan grande como el Universo, tan inmenso como quieras imaginarlo.
Quiero que experimentes qué se siente cuando
tu energía es tan grande, que sensaciones te trae esta experiencia. Si no has
conseguido expandirla hasta alcanzar el tamaño del Universo, no importa. Toma
conciencia únicamente de hasta dónde has llegado, en qué punto te has detenido.
Una vez que este proceso se ha completado,
vas a comenzar a encoger y a comprimir toda esa energía, valiéndote de la
imagen de una bolsa que se va desinflando y se va quedando sin aire. Toda
esa energía expansiva va a condensarse y a comprimirse hasta que, al final,
llegue a estar contenida en un campo muy pequeño.
Ve recogiendo esa energía, sintiendo
cómo se encoge. Pasa primero desde las proporciones inmensas del Universo a
adquirir el tamaño de la Tierra. Después, se reducirá al tamaño de tu
continente, al tamaño de tu país, de tu ciudad, de tu vecindario, de tu casa,
tu habitación, hasta alcanzar el tamaño de un metro alrededor de tu cuerpo. Y,
a medida que traes toda esa energía de vuelta hacia ti, vas a imaginar que se
concentra en el espacio del corazón, en el centro de tu pecho.
Permite que tu campo vuelva adquirir un
tamaño que te resulte cómodo y regresa poco a poco a tu cuerpo y al punto de
partida, cuando tu corazón estaba lleno de luz.
Ahora, tu inmenso campo expandido de energía
se encuentra comprimido, almacenado y siempre a tu disposición en tu corazón,
desde donde siempre podrás usarlo. En lo sucesivo, tu corazón será tu centro de
energía.
Parte del proceso de Ascensión consiste en
ir trasladando paulatinamente nuestro centro de energía desde alguno de que los
chakras inferiores (primero, segundo o tercer chakra) hasta el espacio más elevado del corazón. Y, ahí es
donde se centra tu energía ahora.
Inhala y exhala profundamente por última vez
mientras, poco a poco, vas cerrando la conexión del chakra
corona.
Al abrir los ojos e ir regresando a tu
cuerpo, comprobarás que sientes tu energía más ligera, más brillante y
expandida. Y, ahora, toda la expansión de tu campo energético se encuentra
concentrada en tu corazón, donde podrás hacer uso de ella en todo momento.
Siempre que necesites expandir tu campo de
energía, basta con que empujes e irradies esta energía desde tu corazón hacia
afuera, y que comiences a expandir tu propio espacio energético a tu alrededor.
Si te encuentras en una situación en la que
necesites establecer ciertos límites energéticos, expande esa energía desde el
corazón e imagina que inflas un globo inmenso a tu alrededor, donde toda esa
luz y energía te rodea y te protege.
Espero que les sea de utilidad.
Afirmación para la activación del Poder
Divino
por Jennifer Hoffman
En este ejercicio voy a compartir una de mis
afirmaciones favoritas. Comencé a utilizarla hace muchos años y siempre me
proporciona una sensación de paz y bienestar. También me recuerda algunos
aspectos importantes de quién soy como ser humano y a nivel espiritual, y la
asociación que existe en entre mi parte humana y mi parte divina. Considero que
éste es nuestro principal propósito mientras permanecemos embarcados en esta
aventura en el planeta Tierra.
Esta es la afirmación y a continuación
explicaré sus diferentes partes:
“Yo soy divinamente guiado.
Yo estoy conectado, estoy seguro y protegido en todos los sentidos, en todas las
cosas.”
Analicémosla ahora con detenimiento.
“Yo soy”. No se
trata simplemente del comienzo de una frase. Cada vez que decimos “Yo soy”, se
inicia un movimiento de energía. Por lo tanto, sea lo que sea que digamos a continuación
de “Yo soy”, estaremos iniciando un movimiento en esa área; es importante que
utilicemos esas palabras con atención.
“Divinamente guiado”. Aquí, el término “divinidad” se refiere a la
totalidad, más que a la sacralidad o a lo sagrado. No se trata de tener que ser
especiales, de tener que estar absolutamente conectados con la Fuente o
entregados a lo sagrado. “Divino”, en realidad, quiere decir que el centro
espiritual se ha activado, de manera que podamos incluir nuestra divinidad en
nuestro yo humano. Así, dejamos de vernos únicamente como un ser humano que hace, para
conectar también con la parte de nosotros que es espiritual.
Nuestra guía divina no nos dice lo que
debemos hacer; siempre actúa dentro del marco de nuestro libre albedrío. Por consiguiente,
al decir “divinamente guiado”, afirmamos que, al avanzar hacia adelante, las
intuiciones y mensajes que nos llegarán serán la combinación de nuestro libre
albedrío humano junto con el aspecto divino que todos llevamos dentro.
“Yo estoy conectado”. Significa
que siempre existe una conexión entre tú y Dios, la Fuente, o como quieras
llamar al Creador del Universo. Y esa conexión no puede romperse, aunque la
ignoremos o no le prestemos atención alguna; siempre recurriremos a ella en los
momentos de necesidad, cuando queramos pedir ayuda.
Sin embargo, es mejor que mantengamos esa
conexión de manera fluida y continua, para que siempre podamos recordar que
nuestra guía interna se encuentra a nuestra disposición, que es parte de
nosotros y que se activa gracias a esa conexión.
“Seguro y protegido”. Cuando
nos mantenemos conectados y recordamos nuestra guía divina, nos sentiremos
seguros, a salvo, y sabremos que alguien cuida de nosotros. De nuevo, nuestra
guía divina siempre respetará nuestra libertad de elección y no actuará sin
nuestro consentimiento: su único propósito es el de ayudarnos durante nuestro
viaje.
También tendremos protección espiritual si
la pedimos y decidimos usarla. Quizá su finalidad no consista exclusivamente en
ocuparse de que jamás nada nos haga daño, aunque sí puede impedir que nos
perjudiquemos a nosotros mismos. Esto no significa que podamos utilizarla como
excusa para hacer cualquier cosa. Más bien se encargará de que, ante cualquier
situación, y ocurra lo que ocurra, dispongamos de las herramientas y los
recursos necesarios que nos ayudarán a encontrar el camino para salir adelante
de la mejor manera posible.
“En todos los sentidos”. El
Universo nunca juzga; no le importa si necesitas un vaso de agua porque tienes
sed o si necesitas una nueva casa porque necesitas un lugar donde vivir.
Olvidamos que, en un Universo que no juzga, todas las cosas tienen la misma
relevancia y son igualmente importantes.
Por tanto, recuerda que estás a salvo y
estás protegido, que eres guiado y ayudado de todas las maneras posibles. Eso
significa que, cuando te permitas hacer milagros, todo será posible para tí y que todos los caminos te ayudarán a hacer realidad tus
intenciones y ponerlas a tu alcance.
“En todas las cosas”. En todas las cuestiones y aspectos de nuestra
existencia. Nada es demasiado mundano o demasiado importante; la energía
que vamos a activar dirigirá toda nuestra vida, y estaremos seguros de
que nuestra intención más elevada siempre se cumplirá. En todas
las cosas quiere decir en absolutamente todo.
No olvides pedir guía y dirección, de
utilizar todos tus recursos espirituales en cualquier área de tu cotidianeidad
en que te sientas incómodo, tengas dudas o temores. La energía y las
leyes universales lo abarcan todo; nada es demasiado insignificante y no hay
nada que no pueda resolverse desde el plano espiritual.
Digo esta afirmación todos los días, cien
veces al día. La canto como una canción, me la repito mi misma para recordarme
que soy divinamente guiada, que estoy segura y protegida en todos los sentidos,
en todas las cosas. Y espero que ustedes puedan recordarlo también. Gracias.
Derechos de autor reservados © 2015 por Jennifer Hoffman. Pueden
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