El camino del Mago, el sendero
del Chamán
“La persona inteligente buscará
soluciones para su realidad. La persona de Conocimiento (el Mago, el Chamán)
construirá una Realidad conforme a su Búsqueda.” Escribí esto hace poco y desencadenó (debo admitir que
para mi sorpresa) una avalancha de mails, mensajes por “correo de entrada” y
preguntas al paso en mis clases, todos orientados a solicitar más
explicaciones, el “cómo” se hace, estrategias (unos) o rituales (otros) que vehicularizarán lo que veían también como sus aspiraciones
pero ignoraban como concretarlo. Por ello, abundo en estas líneas.
Sería risible –y una falta de respeto a Estudiantes e
Iniciados- pretender agotar, siquiera profundizar con cierta coherencia, en
esta Enseñanza en el acotado espacio que propone este rincón. Porque como se
trata tanto de un Camino como de una Realidad (alternativa, paralela, pero
igualmente real) que construir, de lo que estaríamos hablando es de, precisamente,
una Iniciación, un aprendizaje guiado e iluminado por la reflexión permanente.
Que de ello van nuestras enseñanzas, precisamente. Pero sirvan estas
observaciones como introducción eficiente para que el lector avispado extrapole
sus propias conclusiones.
El Profano, el hombre y la mujer asimilados por la Matrix (para que se entienda la idea) acepta que Lo Que Es,
simplemente, Es (es decir, es su Realidad) y dentro de ella busca sus espacios,
trata de acomodar sus tiempos. Cumple compromisos y obligaciones que cree
(porque así le han convencido) ineludibles y busca solucionar las
circunstancias dentro de ese paradigma, que es lo mismo que decir, con los
mismos elementos que es Realidad le proporciona. Buscará con ahínco su
felicidad “dentro” de esa Realidad. Tratará de ascender, de progresar, de
disfrutar, siempre, “dentro” de esa Realidad. Vivirá, entonces, “dentro” de esa
Realidad.
El “Paso 1” del Mago, como el Chamán, será
desechar el concepto de “aquella Realidad”, tomando de la misma aquello que se
acomode a “su” Realidad, la que primero tiene que haber visualizado, formulado
y alimentado con el fuego del deseo y la intención. “Si no sabes donde ir, es difícil que llegues allí” es un axioma
imbatible para comenzar. Pero sabiendo entonces cómo “es” la Realidad que será
suya a partir de ahora, sólo aceptará de “aquella” Realidad lo que sea
funcional, útil, a “esta” Realidad. Nada interesa, sólo lo que se acomoda, lo
que se transforma en material de construcción de “esta” Realidad que ha
diseñado de acuerdo a su voluntad. Y si en este momento el lector piensa que
eso no está “bien”, que uno tiene primero que cumplir aquellos “compromisos”
que la Matrix ha indicado previamente, es que no ha entendido que el Chamán (o el
Mago) no puede ser rehén del subjetivo, discutible, concepto de “bueno” o
“malo”, “correcto” o “incorrecto”.
Que
tampoco implica una actitud perversamente egoísta e irresponsable, ya que el
verdadero Mago (o Chamán) en la construcción de “su” Realidad ya ha discernido
con equilibrio, objetividad, sinceridad –es decir, “justicia”- lo que debe
hacer. Y si esa idea está clara, toda objeción es a partir de allí del sistema,
de la Matrix; no de él. Por consiguiente, si en este
punto el lector se dice “es que yo no podría hacer eso…” pues allí está,
precisamente, la diferencia entre el Chamán (o el Mago) y él.
Será cuando el primero, entonces, continuará haciendo real su Realidad,
pues sólo existe para él de esta “otra” Realidad, lo que le sume en su
Búsqueda.
2 enero,
2016 de Gustavo Fernández