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Para los mayas los procesos cósmicos son cíclicos y
nunca cambian. Lo que cambia es la consciencia del hombre que pasa a través
de ellos, siempre en un proceso hacia la perfección. Estamos en el último peldaño o Katún de nuestro actual
Ciclo Solar, en el que se realizará una sincronización de tiempos y que
concluirá el sábado 22 de diciembre de 2012, con el que entraremos en un nuevo Día Galáctico. Para entonces la humanidad deberá escoger entre desaparecer como especie que atenta contra el planeta o evolucionar hacia la integración
armónica con el Universo en una nueva Era de Luz.
Todos nosotros, de una manera u otra, sentimos que estamos
comenzando a vivir los tiempos del Apocalipsis. Todos sentimos la guerra.
Cada día hay más erupciones volcánicas, la polución generada por nuestra
tecnología se ha vuelto alarmante. Hemos debilitado la capa de Ozono que
nos protege de las radiaciones del Sol. Hemos contaminado el planeta con
nuestros desechos industriales y basuras. La devastación de los recursos
naturales esta acabando con las fuentes de agua, con el aire que
respiramos. El clima ha cambiado y las temperaturas han aumentado de manera
impresionante; los glaciares y nevados se derriten, grandes inundaciones se
suceden en todo el mundo. Enormes tornados pusieron en peligro a Florida y
gigantescos huracanes devastaron a Centroamérica.
Nos amenaza el caos informático. La pobreza generalizada
por los efectos del caos económico se sienten en casi todos los países del
mundo. Todos buscamos respuestas y un camino seguro para los tiempos que
vivimos. Reconocemos, a partir de los problemas que enfrentamos a diario,
que no estamos viviendo en armonía.
Muchas religiones elaboraron profecías acerca de lo
que esta pasando. La Biblia
anunció que cuando todos estos hechos sucedieran al mismo tiempo estarían
llegando los tiempos del Apocalipsis. Los mayas sabían que esto iba a
suceder exactamente en estos tiempos, por eso dejaron unas guías para que
cada uno de nosotros de manera individual contribuya a llevar a la
humanidad hacia el Amanecer de la Galaxia, a una nueva Era
en la que no habrá más caos ni destrucción.
Nos dejaron siete profecías en las que hablan de sus
visiones del futuro, de nuestro presente. Están basadas en las conclusiones
de sus estudios científicos y religiosos sobre el funcionamiento del
Universo.
La primera profecía habla del final del miedo. Dice
que nuestro mundo de odio y materialismo terminará el SÁBADO 22 DE
DICIEMBRE DE 2012, que para ese día la humanidad deberá escoger entre
desaparecer como especie pensante que amenaza con destruir el planeta o
evolucionar hacia la integración armónica con todo el Universo,
comprendiendo que todo esta vivo y consciente, que somos parte de ese todo
y que podemos existir en una nueva Era de luz.
La primera profecía dice que a partir de 1999 nos
quedan 13 años, sólo 13 años para realizar los cambios de consciencia y
actitud de los que nos hablan. Los mayas sabían que nuestro Sol, ellos lo
llamaban Kinich-Ahau, es un ser vivo que respira y que cada cierto tiempo
se sincroniza con el enorme organismo en el que existe. Al recibir un
chispazo de luz del centro de la galaxia brilla más intensamente, produciendo
en su superficie lo que nuestros científicos llaman erupciones solares y
cambios magnéticos. Ellos dicen que esto ocurre cada 5.125 años; que la Tierra se ve afectada
por los cambios en el Sol mediante un desplazamiento de su eje de rotación.
Predijeron que a partir de este movimiento se producirían grandes
cataclismos. Para los mayas los procesos universales, como la respiración
de la galaxia, son cíclicos y nunca cambian. Lo que cambia es la
consciencia del hombre que pasa a través de ellos, siempre en un proceso
hacia más perfección.
Basados en sus observaciones, los mayas predijeron que
a partir de la fecha inicial de su civilización, desde el 4 Ahau 8 Cumku,
es decir, desde el año 3113
aC, 5.125 años en el futuro, o sea, el SÁBADO 22 DE DICIEMBRE
DE 2012, el Sol, al recibir un fuerte rayo sincronizador proveniente del
centro de la galaxia, cambiará su polaridad y producirá una gigantesca
llamarada radiante. Para entonces la humanidad debe estar preparada para
atravesar la puerta que nos dejaron los mayas, trasformando a la
civilización actual basada en el miedo en una vibración mucho más alta de
armonía.
Pero solo de manera
individual se puede atravesar la puerta que permite evitar el gran
cataclismo que sufrirá el planeta para dar comienzo a una nueva Era, un
Sexto Ciclo del Sol. Los mayas aseguraban que su civilización
era la quinta iluminada por el Sol, Kinich-Ahau, el gran Quinto Ciclo
Solar. Antes habían existido sobre la tierra otras cuatro civilizaciones
que fueron destruidas por grandes desastres naturales. Creían que cada
civilización es sólo un peldaño en el ascenso de la consciencia colectiva
de la humanidad.
Para los mayas, en el último cataclismo la
civilización había sido destruida por una gran inundación -¿el Diluvio Universal de la tradición judeo-cristiana?- que dejó unos
pocos sobrevivientes de los cuales ellos eran sus descendientes.
Pensaban que al conocer el final de esos ciclos,
muchos seres humanos se preparaban para lo que verían y que gracias a eso
habían logrado conservar sobre el planeta a la especie pensante, el hombre.
Nos dicen que el cambio de los tiempos permite ascender un peldaño en la
evolución de la consciencia, dirigirnos hacia una nueva civilización que
manifestará mayor armonía y comprensión para todos los seres humanos.
El Tiempo del
No-Tiempo
La primera profecía nos habla del Tiempo del No-Tiempo, un período de 20 años, llamado por ellos 1 Katún -los
últimos 20 años de ese gran ciclo solar de 5.125 años. Es decir, desde 1992
hasta el año 2012. Profetizaron que durante ese tiempo, manchas del viento
solar cada vez más intensas aparecerían en el Sol. Desde 1992 la humanidad
entraría en un último período de grandes aprendizajes, de grandes cambios.
Dijeron que nuestra propia conducta de depredación y contaminación del
planeta contribuiría a que estos cambios ocurrieran. Cambios que van a
suceder para que comprendamos cómo funciona el Universo y avancemos hacia
niveles superiores, dejando atrás el materialismo y liberándonos del
sufrimiento.
La primera profecía anunció que 7 años después del
comienzo del último Katún, es decir, en 1999, comenzaría una época de
oscuridad que nos enfrentaría a todos con nuestra propia conducta.
Mencionaron que las palabras de sus sacerdotes serían escuchadas por todos
nosotros como una guía para despertar.
Los mayas profetizaron que el comienzo de esa época
estaría marcado por un eclipse de Sol que coincidió con una alineación
planetaria sin precedentes en la historia. Predijeron que ese eclipse
ocurriría el MIÉRCOLES 11 DE AGOSTO DE 1999. Ese año fue uno de los más
movidos de la historia de los últimos 5.125 años. A partir de esta fecha
comenzaron a correr los últimos 13 años. La última oportunidad para nuestra
civilización, los últimos momentos para realizar los cambios que nos
conduzcan al momento de la regeneración espiritual y a una nueva Era Dorada
Planetaria.
Para los mayas absolutamente todo es número, y el
tiempo de los 13 números sagrados comenzó en agosto de 1999. Predijeron que, a partir de ese eclipse, las fuerzas
de la naturaleza actuarían como el catalizador de una serie de cambios tan
acelerados y de tal magnitud que el hombre se vería impotente para
contenerlos.
Al igual que los mayas, nuestros científicos
contemporáneos aseguran que el eclipse de agosto de 1999 fue muy especial. Ese día la Tierra estuvo en su
posición más cercana al Sol y la
Luna en la posición más lejana a la Tierra, por eso al
interponerse en el camino del Sol no alcanzó a taparlo completamente y sólo
tapó su centro. Además, por la noche de ese mismo día se produjo una lluvia
de estrellas, también llamada las Perseidas. Para terminar las coincidencias,
prácticamente todos los planetas y el Sol se encontraron en posición Cruz Cósmica con centro en la Tierra. Curiosamente
en esa cruz cósmica los signos del zodíaco ocupados por los planetas eran:
Leo, el león; Escorpio, el águila; Acuario, el hombre; y Tauro, el toro.
Son los símbolos de los 4 evangelistas, de los 4 custodios del trono que
protagonizan el Apocalipsis según San Juan.
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Este eclipse es, por lo tanto, muy significativo. Para
las antiguas culturas los eclipses eran un símbolo de cambio en el orden
natural de las cosas. Además la sombra que proyectó la Luna sobre la Tierra al eclipsar al
Sol tuvo un recorrido bastante misterioso: atravesó Europa pasando
exactamente por los Balcanes, por Kosovo; luego pasó por Medio Oriente,
Irán e Irak, después se dirigió a Pakistán e India. Es decir, la oscuridad
pasó por todos los sitios de conflicto potencial en el planeta.
Cosmología Maya
La cultura, la ciencia, la religión y el arte maya
están basados en su relación con el Sol. Creían que sólo a través del Sol
se podían comunicar con Hunab-Ku, el Dios que esta en todas partes. Para
los mayas, Hunab-Ku es un organismo gigantesco que nos contiene a todos en
su interior. Afirman que su corazón y su mente están en el centro de
nuestra galaxia y que sólo a través del Sol se podían comunicar y dirigirse
espiritualmente a él. Por eso su interés fundamental en el Sol, en
Kinich-Ahau.
Los mayas construyeron sus maravillosas ciudades, sus
sitios ceremoniales y sus pirámides al sur de México, en la Península de
Yucatán, Honduras y Guatemala. Allí dejaron grabados en las piedras sus
mensajes del tiempo, los recorridos del Sol, de la Luna, de Venus y el
camino para que la humanidad se dirija hacia el crecimiento y la luz de una
nueva Era, no hacia el materialismo y la autodestrucción.
Maya viene de Mayab, que significa sitio del
planeta Tierra llamado Yucatán. Para los hindúes Maya significa ilusión,
para ellos todo lo que cambia es ilusión, lo que permanece, lo eterno, es
el espíritu. Maya también significa mente, magia, madre. Maya, Maia y María
son una misma palabra; curiosamente la madre de Buda se llamaba Maia y la
madre de Jesús, María. Nuestro mes de Mayo lleva ese
nombre en honor a la diosa romana Maya, la diosa de la primavera, del
florecimiento. En filosofía esotérica, la palabra Maya representa a una
mente que se libera del cuerpo para moverse a grandes distancias con plena
consciencia.
¿Tendrá este último significado algo que ver con la
desaparición de casi todo el pueblo maya en el año 830 dC? Aunque hay
muchas teorías sobre la desaparición misteriosa de esta gran civilización,
algunos dicen que desaparecieron de manera voluntaria y consciente,
abandonaron sus ciudades y sus casas en el momento de mayor desarrollo de
su civilización.
Los mayas descubrieron, gracias a sus estudios sobre
el Sol, que el Sistema Solar entero se movía. Llegaron a la conclusión de
que el Universo tiene ciclos, períodos de tiempo repetitivos que comienzan
y terminan como el día y la noche. Se dan cuenta que nuestro Sistema Solar
se desplaza en una elipse que lo aleja y acerca al centro de la galaxia. Es
decir, que el Sol y todos los planetas se mueven en ciclos en relación con
Hunab-Ku, la luz central de la galaxia.
Encontraron que esa elipse, ese giro completo, ese
ciclo que realiza el Sistema Solar, dura 25.625 años. A este ciclo lo
podemos llamar Día Galáctico. Cuando el
recorrido llega a la mitad, es decir, tras 12.800 años, estamos cerca del
centro de la galaxia, de la luz, iluminados en el día de la galaxia. En la
otra mitad del recorrido, los otros 12.800 años, nuestro Sistema Solar esta
cada vez más lejos de la luz central, es decir, en la sombra, en la noche
de la galaxia. Hay día y noche en la galaxia, sucede lo mismo que en
nuestro planeta pero en una escala mucho mayor; cada día y cada noche duran
12.800 años.
Descubrieron que cada gran ciclo contiene, a su vez,
ciclos menores que tienen las mismas características que los ciclos
mayores. El Día Galáctico de 25.625 años
está dividido en 5 ciclos de 5.125 años cada uno. El primer ciclo es la Mañana Galáctica, el
segundo ciclo es el Mediodía Galáctico, el tercero es la Tarde, luego viene el cuarto ciclo la Tarde-Noche
o Anochecer y por fin, la conclusión, el
quinto ciclo, la
Noche Galáctica
que vuelve a dar paso a un nuevo amanecer, a otros 5 ciclos y así
eternamente.
La primera profecía nos dice que en 1999 el Sistema
Solar empezó a salir del último de esos ciclos, que nos encontramos en el
fin de la noche, saliendo de la oscuridad y a punto de entrar en el
amanecer de la galaxia. Dice que al final y al comienzo de estos ciclos, o
sea, cada 5.125 años, el Sol central de la galaxia emite un rayo de luz muy
intenso. Mediante este brillo sincroniza a todos los planetas y soles. Es
como el latir lumínico del corazón de la galaxia, palpita cada 5.125 años.
Ese resplandor inmenso es el período de transición que
marca el final de un ciclo y el comienzo de otro, dura 20 años. Ahora
nosotros nos encontramos en el TIEMPO DEL NO-TIEMPO, es un momento
evolutivo, una etapa corta pero intensa dentro de los grandes ciclos donde
suceden cambios muy rápidos para impulsarnos hacia una nueva etapa de
evolución como individuos o como humanidad.
Los mayas nos hablan de un ritmo, de un orden que
existe en el Universo. El hombre maya es bastante poderoso: domina y posee
el número que le permite hacerse dueño del tiempo. Su cuenta le
permite saber que todos los planetas tienen ciclos y giros invariables.
Estamos en el período del No-Tiempo y como individuos
debemos tomar una decisión que nos afectará a todos. Si continuamos en este
curso negativo de odio de los unos por los otros, de destrucción de la
naturaleza, de miedo y egoísmo, iremos directo a la destrucción, al caos y
desapareceremos como especie pensante del planeta. En cambio, si tomamos
consciencia y nos damos cuenta que todos formamos parte de un organismo
gigantesco y vivo, que debemos respetarnos los unos
a los otros, que debemos sanar a la madre tierra y ocuparnos de su
limpieza, iremos directo al crecimiento positivo. La naturaleza, nuestro
Sol, la galaxia, están esperando nuestra decisión. De nosotros depende el
sentido que adoptará el cambio de los tiempos, si será una etapa de dolor y
destrucción o, por el contrario, nos encontrará unidos en una misma
consciencia positiva dirigidos hacia el siguiente peldaño evolutivo.
La Quinta Civilización del Sol
La historia de lo que se ha descubierto de los mayas
comienza en el año 600 aC.
En el monte Albán aparecieron unas enormes piedras talladas con el primer
registro del lenguaje de los mayas, los números. Figuras danzantes fechadas
con los números mayas: la concha en forma de boca que representa el número
0, el punto que representa el número 1 y la línea que representa el número
5.
Pero recién en el año 300 dC comienza realmente el
desarrollo de lo que podemos considerar maya. Seres que dedicaron su vida a
estudiar y registrar la galaxia.
Después de casi 600 años de intensa actividad
constructora y de un asombroso desarrollo científico, en el año 830 dC,
súbitamente, desaparecen en forma misteriosa. Abandonan todo, dejan
intactas sus casas, sus ciudades y sus templos, que poco a poco son
devorados por la selva. Quedan algunos pocos custodios a cargo de lo
abandonando, supervisores de la herencia que nos dejaron.
Pasan aproximadamente 200 años desde el abandono, la
mayoría de sus ciudades desaparecen entre la selva y en ese momento algunas
de ellas son repobladas nuevamente. En el año 949 dC, el rey tolteca
conduce a su pueblo hacia el sur, huyen de la invasión bárbara de los
chichimecas del norte que han destruido su capital, Tula. Los toltecas
ocupan nuevamente algunas de las ciudades mayas abandonadas y las hacen
renacer, pero nunca llegan a los mismos niveles de desarrollo. La época
maya-tolteca dura desde el año 1000 hasta el año 1350 d. C. cuando
comienzan a desaparecer lentamente.
En el siglo XVI, cuando llegan los conquistadores españoles
la mayoría de sus ciudades estaban cubiertas nuevamente por la selva y para
el siglo XVIII, lo poco que quedaba de ellos ya no existe. De
las investigaciones sobre las ruinas de sus ciudades, de los estudios de
las fechas y números tallados en sus muros, de su exacto calendario, de sus
códices y libros sagrados están reapareciendo sus conocimientos y se está
descifrando su misterioso mensaje de alerta y esperanza.
Miles de sacerdotes, astrónomos y matemáticos mayas se
dedicaron a medir, registrar y estudiar durante siglos al Sol y a todas las
estrellas y planetas. Hace 1200 años fueron tan avanzados que calcularon la
distancia que recorre nuestro planeta anualmente alrededor del Sol,
tuvieron tanta precisión que hoy la
NASA sólo tiene segundos de diferencia con las medidas
que obtuvieron los mayas. Calcularon que la Tierra daba la vuelta
al Sol en 365.242010 días. Hoy, el año de Greenwich es de 365.2422 días,
una increíble diferencia de sólo 17 segundos y 28 centésimas.
También los mayas calcularon el año del planeta Venus
y lo establecieron en 584 días. Hoy la NASA dice que la medida es 583.92 días por
año, prácticamente lo mismo. ¿Cómo pudieron
hacer estos cálculos tan exactos sin tener instrumentos de precisión? Su
ciencia astronómica estaba 1000 años más adelantada que la de todos sus
contemporáneos.
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Encontraron los pulsos que recibe cíclicamente el
Sistema Solar del centro de la galaxia. Construyeron ciudades como Tulum,
rodeadas por murallas; no para su defensa sino para usarlas como punto de
referencia de la aparición del Sol y los planetas.
En matemáticas eran muchísimo más avanzados. Su
sistema aritmético era vigesimal, es decir, contaban de 20 en 20. Un
sistema con base en el número 2, lo que lo convierte en un sistema binario
exponencial, un sistema matemático armónico con el Universo, el mismo que
utiliza la naturaleza para la división de las células.
También utilizan los números de manera simbólica,
convirtiéndolos en entidades mágicas, seres armoniosos que cuentan una
historia, como el I-Ching. Tenían el calendario más exacto hecho por
cualquier civilización antigua sobre la tierra. Ateniéndose a los ciclos lunares, el año estaba compuesto por 13 meses de
28 días cada uno y un día a parte al final del calendario para recibir el
nuevo año (28x13=364+1=365 días). Un calendario que sirve para sincronizar
el ciclo de la Tierra,
la Luna y el
Sol con el Universo.
Los mayas también fueron muy avanzados en su manera de
cultivar la tierra y cosechar los alimentos para todo su pueblo.
Construyeron redes de canales de riego para mantener irrigada la tierra. Su
arte era absolutamente bello. Los bajorrelieves y las esculturas en piedra
tienen una elegancia clásica. Las delicadas figuras de cerámica de sus
soberanos, sacerdotes, artesanos y de todo el mundo funcionaban como las
fotos de la época. Son unos de los documentos más importantes para entender
su vida, sus costumbres y poder llegar hasta su mente y corazón.
Es impresionante la cantidad de ciudades y monumentos
que construyeron. Vivían como los griegos, en ciudades-estado. Las
pirámides eran basamentos, torres para
las divinidades, escaleras al cielo que suben a los templos que dedicaban a
las esencias de todas las cosas. Eran tan avanzados
que utilizaron la producción en serie. Todos los elementos repetitivos de
sus palacios eran diseñados mediante la utilización de moldes y luego se
producían de manera industrial para ensamblarlos con increíble precisión.
Con bajorrelieves tallados en piedra, enormes
esculturas y pinturas murales adornaban sus palacios. Colocaban estelas,
que son grandes piedras talladas donde se contaba la vida de su soberano,
en sus plazas y caminos. En los muros de sus palacios narraban los
acontecimientos colectivos. Utilizaban los techos y pisos de sus plazas
para recoger el agua y canalizarla hacia enormes depósitos.
Mientras construyeron sus pirámides y observatorios
encontraron una manera de conocer el Universo, inventaron su sistema para
registrar los procesos naturales, lo estudiaron, lo organizaron, lo
consolidaron y lo dejaron escrito en la piedra como un monumento a la sabiduría.
Construyeron con una tecnología que se perdió en el tiempo, al igual que el
misterio de su desaparición.
La mayor parte del pueblo maya desapareció sin dejar
ningún rastro, súbitamente. Abandonaron sus casas, sus templos y sus ciudades
como si el tiempo se hubiera detenido en ese instante. Sólo a través de su
herencia, de lo que hemos encontrado sobre su vida diaria, de sus muestras
evidentes de sabiduría podremos establecer porqué y cómo lo hicieron. Son
muchas las preguntas que todo esto nos genera ¿Será que aprendieron a usar
la mente más allá del 10% de la que nosotros la utilizamos? ¿Obtuvieron
niveles altísimos de energía vital después de largos procesos de
purificación? ¿Será que utilizaron mantras, palabras sagradas repetidas
rítmicamente en ceremonias místicas, para producir estados alterados de
consciencia colectiva? ¿Adónde se fueron sus sacerdotes, sus astrónomos y
sus matemáticos? ¿Pudieron abrir una puerta a otro espacio u a otro tiempo,
a otra dimensión de realidad, tal vez paralela a la nuestra pero más
elevada? Sabemos que muchos antiguos profetas, como dice en la Biblia, al abrir esa
puerta se convirtieron en una brillantísima esfera de luz y abandonaron
conscientemente este mundo.
Ahora, ¿qué ciclo fatal descubrieron a través del Sol?
¿Qué ciclo fatal descubrieron a través de los números? ¿Por qué interrumpen
su calendario precisamente en nuestra época? ¿Será que quieren llamar
nuestra atención hacia estas fechas? A partir de 1999 empezaron a correr
los últimos 13 años, el tiempo exacto para que cambiemos y nos impulsemos
juntos hacia una nueva era de paz y de armonía.
Las 7 Profecías Mayas
Develar las predicciones de los mayas implica
sumergirse en su mundo científico, religioso y espiritual. Aquí podrá
conocer un poco más sobre cada una de sus profecías:
- Primera
profecía: Según esta
profecía, el 22 DE DICIEMBRE DE 2012 el Sol recibirá un rayo sincronizador
del centro de la galaxia con el que se iniciará un nuevo ciclo. Será el fin
del mundo de materialismo y destrucción en que vivimos y el inicio de una
nueva etapa de respeto y armonía. Antes de ese día, la humanidad deberá
optar entre desaparecer como especie pensante que atenta contra el planeta
o evolucionar hacia una nueva Era de integración con el resto del Universo.
- Segunda
profecía: La segunda
profecía anunció que, a partir del eclipse del 11 DE AGOSTO DE 1999, las
transformaciones físicas en el Sol alterarían el comportamiento de los
hombres. Dijeron que algunos perderían el control de sus emociones y otros
afianzarían su paz interior para sincronizarse con los ritmos de la
galaxia. Así podrán neutralizarse los cambios drásticos que describen las
siguientes profecías.
- Tercera
profecía: En la tercera
profecía, los mayas aseguran que la conducta antiecológica del hombre
aumentará la temperatura de la
Tierra y producirá desequilibrios climáticos y
geológicos. La falta de sincronía entre nuestro comportamiento y la
naturaleza traerá grandes problemas como la evaporación del agua de los
suelos, incendios forestales y la destrucción de las cosechas. La actitud
que tomemos será crucial para sobrellevar esta época de crisis.
- Cuarta
profecía: Aquí se predice
una ola de calor que provocará el derretimiento del hielo de los polos.
Según los mayas, este será el modo en que el planeta se limpiará y
reverdecerá, pero a la vez se inundarán las costas y miles de personas que
viven cerca del mar se enfrentarán a serios peligros.
- Quinta
profecía: Según la quinta
profecía, si no sintonizamos nuestro comportamiento con los ritmos de la
naturaleza y la galaxia, antes del 2012 veremos fallar todos los sistemas
sobre los que está basada nuestra civilización. Se producirá un colapso de
la red informática, la electricidad, el sistema económico y la religión. A
partir de estos hechos, el hombre verá la necesidad de reorganizar la
sociedad de un modo más armónico y menos competitivo.
- Sexta
profecía: Habla de la
aparición de un cometa que traerá transformaciones físicas muy bruscas en
nuestro planeta. A partir de sus cálculos, los mayas aseguran que existen
altas probabilidades de que el cometa choque con la Tierra. Pero a la
vez, sostienen que es posible desviar su trayectoria por medios físicos o
psíquicos.
- Séptima
profecía: En la séptima profecía
los mayas nos dejaron un mensaje de esperanza. Dijeron que a partir de un
esfuerzo voluntario por lograr la armonía y la paz interior, podremos
desarrollar nuevos sentidos e integrarnos al funcionamiento de la galaxia.
Así podremos reducir los efectos nocivos anunciados por las otras profecías
y renacer en una nueva Era, la
Era de la Luz.
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