(El siguiente
artículo es la trascripción de la video-presentación
sobre las 8 Poderosas Decisiones).
Muchas cosas
de las que hoy te afectan, como el entorno y los cambios de los que estás
siendo partícipe, están fuera de tu control. Pero afortunadamente, no importa
las circunstancias en las que te encuentres, tienes varias cosas de las que
puedes adueñarte y tomar control.
Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este
momento ante tus problemas y retos. Estoy hablando de tu actitud. Es decir, de
cómo tú eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el
cambio.
Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda.
Si bien darse un masaje o hacer ejercicios —o incluso el amor— son excelentes
antídotos contra el estrés, si no son acompañados por un cambio de actitud
apenas llegan a tener un efecto temporal.
¿Cómo te adueñas de tu actitud? A continuación te ofrezco ocho simples pero
poderosas decisiones para tomar control sobre tus respuestas ante lo que te
sucede, reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para
manejar el cambio.
Primera decisión:
En vez de resistir… Yo Acepto
Acepta lo fáctico, lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te
esfuerces, no puedes cambiar —al menos no tan rápido como te gustaría. En
ocasiones el cambio, aunque no te guste, es un hecho.
Tu estrés aumenta cuando resistes lo que te sucede. Al resistir le das poder a
aquello que estás resistiendo. Al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu
poder y puedes sentirte mejor.
En este instante en tu vida, en tu trabajo ¿qué es importante aceptar? ¿Qué
puedes dejar de resistir?
Que quede claro: no estoy sugiriendo que te resignes. Tú puedes aceptar las
circunstancias actuales —simplemente por el hecho de que en este momento, son
esas las circunstancias— y a la vez elegir cambiar lo que está en ti modificar.
Segunda decisión:
En vez de resignarme… Yo aprovecho
Así como es importante aceptar lo fáctico también es fundamental aceptar tus
posibilidades de acción inmediata y transformación a futuro. Esto es lo que
hace la diferencia entre la resignación y la ambición activa por una mejor
situación.
Aprovecha lo que sí está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar,
aquello en lo cuál sí tienes injerencia y te es posible llevar a cabo.
¿Qué
oportunidades puedes aprovechar?
Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de
la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control. En vez de
sentirte al efecto pasas a experimentarte como causa.
Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.
Tercera decisión:
En vez de evadir… Yo Asumo
¿Qué de lo que te afecta tiene que ver contigo?
Cuando las cosas no son como las quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera
y buscar un culpable. El reto—y la esencia de la madurez—está en asumir lo que
es tuyo: la forma en que tú has contribuido a lo que hoy sucede y la
oportunidad que tienes para cambiar las cosas.
Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender.
Cuando asumes lo que te corresponde te adueñas de tu poder al momento que tomas
consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.
Cuarta decisión:
En vez de sólo desear… Yo Me
Comprometo
La única forma de obtener resultados diferentes es
haciendo cosas distintas. Desear algo mejor es necesario, pero no es
suficiente. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga
falta hacer para mejorar tus circunstancias.
¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?
Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés. En
este sentido, algunos cambios simples pueden hacer gran diferencia.
Por ejemplo, si eres de los que diariamente te sometes a una intensa dieta
mediática, qué tal si eliges leer menos la prensa diaria y evitar el maratón de
los noticieros nocturnos en televisión justo antes de acostarte. Te apuesto
algo: el mundo no va a cambiar porque tú dejes de ver, escuchar y leer
noticias; pero tú salud mental sí puede beneficiarse enormemente de una
adecuada dieta mediática.
¿A qué simples cambios te comprometes para lograr lo que necesitas para
sentirte mejor?
¿Qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar en tu vida?
Quinta decisión:
En vez de preocuparme… Yo Me Ocupo
El antídoto
para tus preocupaciones: ocúpate; ponte en acción; muévete hacia lo que quieres
y está en ti lograr.
Hay situaciones que definitivamente escapan de nuestro control. Hagamos lo que
hagamos, ni siquiera podemos influir sobre ellas. Entonces, ¿qué caso tiene
preocuparte por aquello que escapa de ti?
¿Algo te preocupa? ¿Está en ti hacer algo al respecto? Entonces ponte en
acción; de lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y
decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes
aprovechar.
Quizá no
puedas cambiar tus circunstancias en este momento. Pero sí puedes elegir una
actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible,
comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.
Sexta decisión:
En vez de olvidarme de lo que
tengo… Yo Agradezco
Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios
y nuevos desafíos, es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que
tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado y olvidarte de
lo que realmente llena tu vida y constituye tus éxitos y fortalezas.
¿De cuántas cosas podrías estar agradecido en tu vida?
La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya
que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida. El agradecer
te permite enfocarte en lo que tienes —para continuar avanzando hacia tu éxito
y plenitud— en vez de aquello que te hace falta.
En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has
recibido y tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los
miles de regalos que has disfrutado en forma de experiencias, amistades,
aprendizajes, momentos, oportunidades, amores, talentos, fortalezas,
conocimientos.
¿Qué podrías agradecerle a la vida en este momento?
Séptima decisión:
En vez de desconfiar… Yo confío
¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres
más grande que ellos?
¿Crees que tus circunstancias negativas son permanentes o sabiamente eliges
creer que todo se mueve en ciclos y que después del invierno viene la
primavera?
¿Estás pensando que estás al efecto de las circunstancias o sabes que tú tienes
el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante?
¿No te sientes seguro de quienes te acompañan o decides confiar en el carácter
y la capacidad del otro?
Confiar o no confiar. La decisión es tuya.
Octava decisión:
En vez de visualizar en negativo…
Yo Apuesto a Ganar
Como decía Henry Ford, “si crees que puedes o crees
que no puedes, estás en lo cierto”. En ti está elegir conscientemente apostarle
a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.
El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede
sucede. Esa misma energía y talento para visualizar en negativo puedes enfocar
en lo que realmente deseas: el éxito.
No es simple pensamiento positivo. No es pretender ingenuamente que todo va a
salir bien por el simple hecho de pensar que así va a ser. Ésta es la octava
decisión. Ya aceptaste la realidad. También identificaste lo que puedes
aprovechar de las circunstancias. Además has asumido tu responsabilidad en el
proceso. Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es
posible. Conectado con la gratitud por lo que ya tienes, decides confiar en ti,
en el otro y en el proceso.
Ya lo que queda es apostar a ganar… y llevar tus decisiones a la acción.
Envíos atrasados: http://groups.google.com/group/kryon - Visita "Las
Enseñanzas de Kryon" por Mario Liani: http://38uh.com