Mensaje del Arcángel Uriel de Febrero del
2011
“Destino y Propósito”
Canalizado por Jennifer Hoffman
Traducción al español: Alicia Virelli
Destino es una palabra que utilizamos para describir las muchas
diferentes cosas que nos suceden en la vida y que nosotros creemos que es un
diseño azul pre-programado que debemos seguir sin
importar que otra cosa queremos hacer.
Nuestro destino parece empujarnos en su dirección y cuando estamos en su
sendero tenemos muy poco control sobre lo que nos sucede. Creemos que ese
destino es nuestro propósito de vida y mientras los dos están vinculados, su
relación es más bien algo imprecisa. El Destino es parte de nuestro propósito
de vida pero nuestro propósito de vida se extiende mucho más allá de nuestro
destino.
Dentro de nuestro destino se encuentra el único propósito de cada
época de vida, para sanar las energías que están fuera de la integridad con
nuestro deseo del alma para el crecimiento, la sanación, la transformación y la
ascensión. De esta manera el destino es esencial para el propósito de nuestra
vida porque dentro de él tenemos toda la información que necesitamos para
contestar, para responder al llamado del alma para la sanación. Pero el destino
no es la respuesta final aunque una vez que se encuentran en su sendero pareciera que tenemos un tiempo muy difícil
para poder salir de él. Podemos quedar atascados dentro de nuestro destino
porque creemos que es lo que el Universo ha creado para nuestra vida. Pero es
lo que nosotros hemos creado para nosotros mismos y es el punto de comienzo de
cada viaje de vida, pero no es el final.
Destino es un punto de comienzo para nuestra época de vida y a
través de él tenemos acceso a la gente, a las situaciones, a los
acontecimientos y lo más importante a las frecuencias de energía que necesitamos para lograr nuestro
propósito de vida, que es ante todo sanar el karma. Esa es la razón por la que
nuestro destino “está destinado”, porque marca el tono para nuestro viaje de
sanación. Sin embargo no se supone que
nuestro destino sea una carga para toda la vida al menos que olvidemos su
propósito de sanación y permanezcamos en
sus energías. Mientras creamos que el destino es un mandato universal, en
realidad es un aspecto de un viaje que está diseñado para conectarnos a nuestro bien más poderoso, el poder de
nuestras elecciones. El destino establece el sendero de nuestra vida pero
nosotros elegimos el rumbo final cuando podemos recordar que nuestro libre
albedrío se extiende a cada área de nuestra vida, incluyendo el destino.
Existen cuatro componentes en el destino y ellos trabajan juntos
para crear el paradigma del destino. Ellos son la lección del alma, que es la
energía de nuestro destino, las personas quienes son los miembros de nuestro
grupo álmico que participarán en la experiencia, las
situaciones y los acontecimientos que trabajarán juntos para crear el escenario
para el viaje y las elecciones que debemos hacer en cada etapa de ese viaje.
Todos estos componentes se reúnen en el tiempo divino cuando nuestra alma sabe
que estamos listos para vivir nuestro destino para que podamos tomar decisiones
para nuestra sanación.
Porqué tenemos tantas dificultades con el destino? Porque estamos en
el espectro de sanación de nuestras energías y tenemos que enfrentar a nuestros
temores. También estamos ante nuestras energías kármicas
y nuestras memorias celulares que son activadas, recordándonos el pasado y
todas las energías de culpa y de vergüenza que sostenemos allí. A través de la
energía de culpa y de vergüenza creemos que debemos pagar por nuestros pecados
y transgresiones, que no somos dignos de algo mejor y que por re-vivir nuestro
pasado aferrándonos al destino, estamos expiando lo que hemos
hecho y sumisamente recibiendo nuestro castigo. Pero tenemos la situación equivocada.
Destino es como una prueba con dos posibles respuestas. Una es la
elección obvia que está escrita para
nosotros a través de nuestro destino. La otra es una sección de ensayo donde
podemos escribir nuestros propios pensamientos y creencias, las acciones que
deseamos asumir y el resultado que queremos tener. La mayoría de nosotros elige
una sola respuesta en vez del ensayo porque no creemos que otra elección sea
posible. Pero está y siempre ha estado allí.
Cuando comprendamos que el potencial de sanación del destino y las
elecciones que podemos hacer para que el destino se convierta en nuestro
vehículo para la comprensión; nos permite
elegir otro sendero, uno donde
permitimos el conocimiento que deriva de la comprensión, nuestro destino
fortalecerá nuestra decisión de tener alegría, paz, amor y abundancia en
nuestra vida y entonces las elecciones permitirán que esto suceda.
Canalizado por Jennifer Hoffman, canal de la energía del Arcángel Uriel
Traducido por Alicia Virelli
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