El Poder del
AHORA, por
Eckhart Tolle - www.eckharttolle.co
” Las relaciones como práctica Espiritual”
Mientras el modo de
conciencia egotista y todas las estructuras sociales, políticas y económicas
que este creó entran en su etapa final y se destruyen, las relaciones entre
hombres y mujeres reflejan el profundo estado de crisis en el que la humanidad
se encuentra ahora. En la medida en que los humanos se han ido identificando
cada
vez más con la mente, la mayoría de las relaciones no se arraigan en el Ser y
así se convierten en una fuente de dolor y permanecen dominadas por los
problemas y el conflicto.
Ahora hay millones de personas que viven solas o como padres solteros,
incapaces de establecer una relación íntima o renuente a repetir el drama
demente de las relaciones pasadas. Otros saltan de una relación a otra, de un
ciclo de placer y dolor a otro, en busca de la meta esquiva de realización a
través de la unión con la polaridad de
energía contraria. Otros se comprometen y continúan juntos en una relación
disfuncional -en la que prevalece la negatividad- por el bien de los hijos, por
la seguridad, la fuerza de la costumbre, el miedo a estar solos o algún otro
arreglo «beneficioso», o incluso por la adicción inconsciente a la excitación
del drama emocional y el dolor.
Sin embargo, cada crisis supone no sólo un peligro sino también una
oportunidad. Si las relaciones energizan y magnifican los patrones de la mente
egotista y activan el cuerpo del dolor, como ocurre en estos tiempos, ¿por qué
no aceptar este hecho más que tratar de escapar de él? ¿Por qué no cooperar con
él en lugar de evitar las relaciones o
continuar persiguiendo el fantasma de un compañero ideal como respuesta a sus
problemas o como un medio de sentirse realizado? La oportunidad que está oculta
en cada crisis no se manifiesta hasta que todos los hechos de una situación
dada se reconocen y aceptan completamente. Mientras usted los niegue, mientras
trate de escapar de ellos o desee que las cosas sean diferentes, la ventana de
la oportunidad no se abrirá, y usted permanecerá atrapado en esa situación, que
continuará siendo la misma o se deteriorará más. El reconocimiento y la
aceptación de los hechos traen consigo un cierto grado de libertad. Por
ejemplo, cuando usted sabe que no hay armonía y se da cuenta de ese hecho, a
través de ese conocimiento ha aparecido un nuevo factor y la falta de armonía
no puede permanecer sin cambiar.
Cuando usted sabe que no está en paz, su conocimiento crea un espacio tranquilo
que rodea a su falta de paz en un abrazo amoroso y tierno que la transmuta y la
convierte en paz. En cuanto a la transformación interior, no hay nada que usted
pueda hacer. No puede transformarse a sí mismo, y ciertamente no puede
transformar a su pareja ni a ninguna otra persona. Todo lo que usted puede
hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la
gracia y el amor.
Así pues, siempre que su relación no funcione, siempre que lo «enloquezca» a
usted y a su pareja, alégrese. Lo que era inconsciente está saliendo a la luz.
Es una oportunidad de salvación. Todo el tiempo esté consciente de ese momento,
particularmente de su estado
interior. Si hay rabia, sepa que hay rabia. Si hay celos, actitud defensiva,
impulso de discutir, necesidad de tener la razón, una frialdad interior que
pide amor y atención, o dolor emocional de cualquier tipo, lo que sea, conozca
la realidad de ese momento y esté atento a ese conocimiento. La relación
entonces se volverá su sadhana, su práctica espiritual. Si usted observa una
conducta inconsciente en su compañero, manténgala dentro del abrazo amoroso de
su conocimiento para no reaccionar. La inconsciencia y el conocimiento no
pueden coexistir durante mucho tiempo, incluso si el conocimiento está en la
otra persona y no en la que está actuando llevada por la inconsciencia. La
forma de energía que hay tras la hostilidad y el ataque encuentra la presencia
del amor absolutamente intolerable. Si usted reacciona ante la inconsciencia de
su compañero, se vuelve inconsciente también. Pero si en ese momento se acuerda
de conocer su reacción, nada se ha perdido.
La humanidad está bajo una gran presión de evolucionar porque es nuestra única
oportunidad de sobrevivir como especie. Esto afecta todos los aspectos de su
vida y las relaciones cercanas en particular.
Las relaciones nunca antes han sido tan problemáticas ni han estado tan
cargadas de conflicto como ahora. Como habrá notado, su objetivo no es hacerlo
feliz o realizarlo. Si usted continúa persiguiendo la meta de la salvación a
través de una relación, se desilusionará una y otra vez. Pero si usted acepta
que la relación es para hacerlo
consciente en lugar de feliz, entonces sí le ofrecerá salvación y usted se
sintonizará con la conciencia superior que quiere nacer en este mundo. Para
quienes se aferran a los patrones antiguos, habrá cada vez más dolor,
violencia, confusión y locura.
- Supongo que se necesitan dos para hacer de una relación una práctica
espiritual, como usted sugiere. Por ejemplo, mi pareja todavía actúa según los
viejos patrones de celos y control. Le he señalado eso muchas veces, pero es
incapaz de verlo.
¿Cuántas persona se necesitan para hacer de su vida una práctica espiritual? No
importa si su pareja no quiere cooperar. La salud mental -la conciencia- sólo
puede llegar a este mundo a través de usted. Usted no necesita esperar a que el
mundo se vuelva cuerdo, o a
que otro se vuelva consciente, para ser usted un iluminado. Podría llegar a
esperar por siempre. No acuse a los demás de ser inconscientes. En el momento
en que usted comienza a discutir, se ha identificado con una posición mental y
está defendiendo no sólo esa posición sino también su sentido de sí mismo. El
ego entra a la carga.
Usted se ha vuelto inconsciente. A veces puede ser apropiado señalar ciertos
aspectos de la conducta de su cónyuge. Si usted está muy alerta, muy presente,
puede hacer eso sin involucrar el ego, sin culpar, acusar o hacer daño al otro.
Cuando su compañero actúa
inconscientemente, abandone todo juicio. El juicio es, o bien confundir la
conducta de alguien con quien es esa persona o proyectar la propia
inconsciencia en otra persona y confundir eso con lo que es ella. Abandonar el
juicio no significa que usted no reconozca la disfunción y la inconsciencia
cuando la vea. Significa ser «el que conoce» en lugar de «ser la reacción» y el
juez. Entonces, o bien usted estará totalmente libre de reacción o reaccionará
y aún será el que conoce, el espacio en el que la reacción se observa y se le
permite ser. En lugar de luchar contra la oscuridad, usted trae la luz. En
lugar de reaccionar al error, usted lo ve y sin embargo al mismo tiempo mira a través
de él. Ser el que conoce crea un espacio claro de presencia amorosa que permite
a todas las cosas y a todas las personas ser como son. No existe mayor
catalizador para la
transformación. Si usted practica esto, su compañero no puede quedarse con
usted y permanecer inconsciente.
Si ambos están de acuerdo en que la relación será su práctica espiritual, mucho
mejor. Entonces pueden expresar sus pensamientos y sentimientos mutuamente tan
pronto como ocurran, o tan pronto como una reacción surja, de modo que no crean
una brecha de tiempo en la que una emoción o una queja se enconen y crezca.
Aprenda a dar expresión a lo que siente sin acusar. Aprenda a escuchar a su
compañero en una
forma abierta, no defensiva. Déle espacio para expresarse. Esté presente. Acusar,
defenderse, atacar, todos esos patrones diseñados para fortalecer o proteger el
ego o para llenar sus necesidades se volverán innecesarios. Dar espacio a los
demás -y a usted mismo- es vital. El amor no puede florecer sin ello. Cuando
usted ha suprimido los dos factores que destruyen las relaciones, cuando el
cuerpo del dolor se ha transmutado y usted ya no está identificado con la mente
y con las posiciones mentales, y si su pareja ha hecho lo mismo, usted
experimentará la felicidad del florecimiento de la relación. En lugar de
reflejar el uno en el otro su sufrimiento y su inconsciencia, en lugar de
satisfacer sus mutuas necesidades adictivas del ego, reflejarán mutuamente el
amor que sienten en lo profundo de ustedes, el amor que viene con la comprensión
de su unidad con todo lo que es.
Ese es el amor que no tiene contrario.
Si su compañero está todavía identificado con la mente y el cuerpo del dolor
mientras que usted ya es libre, esto representará un reto mayor, no para usted
sino para su compañero. No es fácil vivir con una persona iluminada, o más
bien, es tan fácil que el ego lo encuentra extremadamente amenazador. Recuerde
que el ego necesita problemas,
conflicto y enemigos para fortalecer la sensación de separación de la que
depende su identidad. La mente del compañero no iluminado se sentirá
profundamente frustrada porque sus posiciones fijas no encuentran resistencia,
lo que significa que se tambalean y se debilitan e incluso corren «peligro» de
derrumbarse completamente, lo que produciría la pérdida de la identidad. El
cuerpo del dolor está pidiendo retro-alimentación sin recibirla. La necesidad
de discusión, de drama y de conflicto no se satisface. Pero atención: algunas
personas que no responden, que se encierran, que son insensibles o están
desconectadas de sus sentimientos pueden pensar, y convencer a
los demás, de que son iluminadas, o al menos de que no hay «nada malo» en ellas
y todo lo malo está en su compañero. Los hombres tienden a hacer eso más que
las mujeres. Pueden ver a sus compañeras como irracionales o emocionales. Pero
si usted puede sentir sus emociones, no está lejos del cuerpo interior radiante
que hay bajo ellas. Si usted está fundamentalmente en su cabeza, la distancia
es mucho mayor y necesita traer la conciencia a su cuerpo emocional antes de
llegar al cuerpo interior.
Si no hay una emanación de amor y alegría, presencia completa y apertura hacia
todos los seres, entonces no hay iluminación. Otro indicador es cómo actúa una
persona en situaciones difíciles o amenazadoras o cuando las cosas «van mal».
Si su «iluminación» es autoengaño del ego, entonces la vida pronto le ofrecerá
un reto que sacará a flote su falta de conciencia en cualquier forma, como
miedo, ira, actitud defensiva, juicio, depresión, etcétera. Si usted sostiene
una relación, muchos de los retos le llegarán a través de su pareja. Por
ejemplo, una mujer puede tener el reto de un compañero insensible que vive casi
completamente en su cabeza. Se sentirá amenazada por su
incapacidad de oírla, de darle atención y espacio para ser, lo que se debe a su
falta de presencia. La ausencia de amor en la relación, que suele sentirse más
agudamente por parte de la mujer que del hombre, disparará el cuerpo del dolor
de la mujer y a través de él atacará a su compañero, lo culpará, lo criticará,
le hará ver que está equivocado, etcétera. Esto a su vez se convierte en el
reto de él.
Para defenderse del ataque del cuerpo del dolor de ella, que ve como totalmente
injustificado, se atrincherará aún más profundamente en sus posiciones
mentales, mientras justifica, se defiende o contraataca.
Eventualmente
esto puede activar su propio cuerpo del dolor. Cuando ambos han sido dominados
así, se ha alcanzado un profundo nivel de inconsciencia, de violencia
emocional, de ataque y contra ataque salvajes. No disminuirá hasta que ambos
cuerpos del dolor se hayan reaprovisionado y entren en estado latente. Hasta la
siguiente vez.
Esta es sólo una de un número interminable de posibles situaciones. Se han
escrito muchos volúmenes y se podrían escribir muchos más, sobre las formas en
que la inconsciencia sale a flote en las relaciones entre hombre y mujer. Pero,
como dije antes, una vez que usted entiende la raíz de la disfunción, no
necesita explorar sus
innumerables manifestaciones.
Miremos de nuevo brevemente la situación que acabo de describir. Cada amenaza
que contiene es una oportunidad de salvación. En cada etapa del proceso
disfuncional que se desarrolla, es posible la liberación de la inconsciencia.
Por ejemplo, la hostilidad de la mujer podría ser una señal para que el hombre
salga de su estado de identificación con
la mente, despierte al Ahora, se vuelva presente, en lugar de sentirse aún
más identificado, aún más inconsciente.
En lugar de «ser» el cuerpo del dolor, la mujer podría ser el conocedor que
observa el dolor emocional en sí misma, accediendo así al poder del Ahora e
iniciando la transmutación del dolor. Esto suprimiría la proyección
compulsiva y automática del mismo hacia el exterior. Entonces podría expresar
sus sentimientos a su pareja. No hay garantía, por supuesto, de que él escuche,
pero le da una buena oportunidad de volverse presente y desde luego rompe el
círculo malsano de la actuación involuntaria según viejos patrones mentales. Si
la mujer pierde esa
oportunidad, el hombre podría mirar su propia reacción mental-emocional al
dolor de ella, su propia actitud defensiva, en lugar de ser la reacción. Podría
entonces observar cómo su propio cuerpo del dolor se dispara y traer así
conciencia a sus emociones. De
esta manera, surgiría un claro y calmado espacio de pura conciencia: el que
conoce, el testigo silencioso, el que observa. Esta conciencia no niega el
dolor y sin embargo está más allá de él. Lo deja ser y sin embargo lo transmuta
al mismo tiempo. Acepta todo y lo transforma todo. Se habría abierto una puerta
para ella a través de la cual podría fácilmente unirse a él en ese espacio.
Si usted está habitualmente, o al menos la mayoría de las veces, presente en su
relación, este será el mayor reto para su compañero. No podrá tolerar su
presencia durante mucho tiempo y permanecer inconsciente. Si está listo,
cruzará la puerta que usted le abrió y se
unirá a usted en ese estado. Si no lo está, se separarán como el agua y el
aceite. La luz es demasiado dolorosa para el que quiere permanecer en la
oscuridad.
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