Los dolores de hígado
proceden de mi propia actitud. Mis frustraciones acumuladas, mis odios, mis
celos, mi agresividad contenida son factores activadores de los problemas
del hígado. Estos sentimientos esconden miedos que no pueden
expresarse de otro modo. Tengo tendencia a criticar y juzgar a
los demás con facilidad. Me quejo constantemente. Resisto a alguien o a algo.
Vivo mucho disgusto. Acepto difícilmente tales como son. La alegría de
vivir es frecuentemente inexistente porque tengo envidia de los demás, lo cual
me perturba y me pone triste. Sin embargo, hasta qué punto estoy listo para
hacer esfuerzos, tanto en el plano material como en mi caminar espiritual? Aún no he comprendido que lo que yo reprocho al otro
sólo es el reflejo de mí – mismo. Sólo es mi espejo. Me quejo
constantemente y pido a los demás que cambien. ¿Dónde está mi buena voluntad? ¿cuál es el esfuerzo por mi parte? También carezco de alegría
de vivir, simplicidad. Podré desarrollar un cáncer de hígado si todas las
emociones que me son nefastas me “agobian” desde un buen tiempo. Frecuentemente,
resulta de un conflicto con relación a la familia o al dinero, especialmente
cuando tengo miedo de carecer de algo. Es tiempo que tome consciencia que debo
aceptarme tal como soy y aprender a amarme más. Ser capaz de amor y
comprensión hacía mí abre la vía a mi comprensión y al amor de los demás.
Recobro la alegría de vivir.
El hígado está
relacionado con la crítica y un absceso del hígado indica una gran
insatisfacción en mi vida, que puede proceder del hecho que los acontecimientos
no se desarrollan como quiero, que me preocupo
demasiado para ciertas situaciones o que la alegría y el amor que alimentan mi
vida son insuficientes. Éste es un mensaje que me da la vida para desarrollar
mi flexibilidad y mi apertura y hacer que yo busque el amor y la comprensión
que necesito para descubrir más este amor que está en mí.
El hígado metaboliza
los alimentos, elimina los excesos de proteínas, grasa y azúcar y purifica la sangre
de sus impurezas. Es esencial a la vida. Es conocido como la “sede de la ira y
de la crítica”. El hígado también está vinculado con mi comportamiento y
representa la facilidad de adaptación a los acontecimientos y a las
circunstancias de la vida. Las emociones negativas que siento (pena, odio,
celos, envidia, agresividad) traban el buen funcionamiento del hígado. Mi hígado
tiene la capacidad de acumular estrés y tensión interior. Es también en mi
hígado donde se depositan mis pensamientos y mis sentimientos amargos e
irritantes que no han sido expresados o resueltos. Por esto, cuando limpio mi
hígado por medios fisiológicos, (por la fitoterapia o de otro modo) o
energéticos, entonces me siento más calmado y en mejor contacto conmigo mismo.
Los desórdenes del hígado pueden incluso llevarme a vivir la depresión,
ésta siendo percibida como decepción frente a mí – mismo. Puedo vivir en ese
momento tristeza, cansancio, una dejadez general. Cuando mi hígado está sucio,
afecta los niveles espirituales e interiores de mi consciencia. Puedo perder mi
vía y la dirección que debo tomar. El hígado da la vida y también puede
alimentar mi miedo a esta misma vida. Debo yo actuar para que me de la vida.
La cirrosis es una
enfermedad inflamatoria del hígado causada, entre otras cosas, por el
consumo abusivo de alcohol. La CIRROSIS se encuentra en el que se siente
empujado por la vida, por acontecimientos o ciertas situaciones que le obligan
a avanzar. Sintiéndome empujado contra mi voluntad, resisto y me agarro a mis
opiniones. Vivo con rencor y agresividad. Esta enfermedad es el reflejo de mi
ira, mi resentimiento frente a la vida y a lo que me sucede. Estoy lleno de una
agresividad interior latente y me culpo constantemente porque tengo la
convicción de haber “equivocado” mi vida. Paso mi tiempo culpándome y
criticando a los demás. Me endurezco tanto que ya no consigo ver la luz al
final del túnel. Para ayudarme a reanudar con la vida, acepto vivir el
instante presente y ver todo lo bueno que me está sucediendo “ahora”. Abro mi
corazón y presto atención a cada gesto, en cada acción aquí y ahora y aprendo a
no ser tampoco un juez severo. Siendo más tolerante conmigo mismo, lo seré
también hacía los demás, lo cual me traerá mucho más armonía y felicidad en mi
vida. Compruebo mis intenciones verdaderas, me mantengo abierto al amor y me
perdono en lo que soy.
La hepatitis es una
infección del hígado causada o bien por un virus, por bacterias, por el
alcohol o por medicamentos, y afecta totalmente el cuerpo. Los síntomas son la
debilidad, la ictericia, la pérdida de apetito, las nauseas, la fiebre y el
malestar abdominal. El hígado es el “dador de vida”, limpiando la sangre
de sus venenos y excesos, y conservando nuestro estado emocional (la sangre) en
un justo equilibrio. El hígado es el lugar en donde puedo acumular
emociones intoxicantes y excesivo odio. Es la sede de la ira. Las palabras o
enfermedades acabando por “itis”, como hepatitis,
indican irritación, ira. La hepatitis puede estar vinculada con
mis relaciones personales o con una situación difícil. Este conjunto de
emociones negativas trae debilidad y desesperación y causa ira, culpabilidad y
conflictos de prioridades. Cuando “me quemo la sangre” por nada, esto me lleva
a vivir mucha ira, rencor, rabia e incluso odio que puede llevar a la violencia
contra uno – mismo, o contra los demás. La hepatitis viral A tiene su
origen en un rencor que puedo tener frente al mismo alimento o frente a un
problema de connotación alimenticia. La hepatitis viral B manifiesta un
rencor vivido con algo o alguien que me ha sido impuesto. Es como si
hubiese estado proyectado dentro de una situación que rechazaba. Por ejemplo,
me pueden haber obligado a participar a un concurso de danza. La hepatitis
viral C se produce después de un gran rencor en relación con lo
desconocido. Por ejemplo,¿ Quienes son mis padres?
¿Dónde nací? Puedo sentir mucha resistencia frente a nuevas situaciones en mi
vida que me llevan a aportar cambios. Puedo desear engancharme a mis prejuicios
y a mis ideas preconcebidas. Aprovecho el tiempo de reposo que debo tomar para
hacer el balance sobre mi vida. Me libero de los prejuicios, iras que entretenía
en mí.
por EL_GRAN_DICCIONARIO_DE_LAS_DOLENCIAS
Juanca López.
--
Juanca López. JuancaAhm@gmail.com
.