“Pérdida de peso y el Ego/Niño Interno”
Por Jelaila Starr
(Escrito el 13 de mayo del 2002)
Perder peso es una cosa extraña y un gran misterio para muchos
de nosotros. ¿Qué es lo que nos hace
perder peso? ¿Qué es lo que nos hace aumentar de peso? Parece
que existen tantas respuestas como hay personas. En este artículo deseo
compartir con ustedes una perspectiva que me ha permitido perder peso y al mismo
tiempo hablarles sobre una parte del viaje que me llevó a ese punto. Esto es
multidimensional así que estén preparados para que algunas de sus creencias se
vean destrozadas porque parece que ese es el caso cuando damos un paso fuera de
la “caja” y miramos a las cosas desde una perspectiva más elevada, o a partir
de “un escenario más grande”. Pero, como siempre, utilicen su discernimiento y
si alguna cosa de lo que escribo no resuena con ustedes por favor siéntanse
libres de desecharla. La mayor parte de mi vida fui una de esas personas
afortunadas que no necesitan preocuparse por el peso. Podía comer un litro de
helado en el desayuno y no subir ni una onza. Esto cambió una vez que me
embarqué en el Sendero Espiritual en l994. Al principio se trató de una fluctuación
de
Cada vez perdía unas cuantas libras pero rápidamente las
subía una vez que dejaba la dieta. Probé hacer ejercicio, pero a los dos días
solía lastimarme un músculo. También probé hacer yoga durante 90 minutos del yoga Bikram
que se hace en una habitación con temperatura de
Consulté con mis guías varias veces a través de los años
acerca de este asunto y cada vez me decían que el peso no tenía nada que ver
con lo que comía y sí mucho con mis emociones. “Está bien”, me pregunté yo
misma, “¿Qué significa eso?”. Mis guías tienen una marcada inclinación a darme
una respuesta de dimensiones superiores y luego observar cómo voy a
descifrarlo. A veces pienso que ellos lo disfrutan demasiado. En fin,
utilizando los principios multidimensionales que ellos me habían enseñado
especulé qué ello significaba que yo debía encontrar el mérito contenido en esa grasa adicional ya que uno
de sus principios primarios era que “todo tiene un valor”. Así que, la grasa estaba ahí para protegerme de
alguna manera y, por lo tanto, la protección tenía su valor.
Escribí un artículo titulado, “El Mérito de estar Gordo” basado en este
descubrimiento. Eso me ayudó, pero no resolvió completamente mi problema de
peso de ese momento por lo que continúe mi búsqueda para encontrar una manera
de perderlo ahora.
Durante otra solicitud de ayuda que hice mis guías me
dijeron, en respuesta a mi pregunta de cómo perder
peso, que tenía que amar primero esta grasa y una vez que lo hiciera el peso se
eliminaría. A esto repliqué, “¿Están ustedes locos? ¿Han perdido la
cabeza o tienen acaso una que puedan perder? Eso tiene que ser la cosa más ridícula
que pudieron haberme dicho. ¿Cómo pueden esperar que cualquier persona ame
estar gorda?” Si, estaba yo un poco molesta. Pero, de nuevo, usando los
principios multidimensionales que me habían enseñado me propuse aprender a amar
mis
Ellos me habían enseñado que el amor, el verdadero amor,
no es una versión de co-dependencia, es un
sentimiento que expresamos a través de nuestro comportamiento. Está formado por cuatro
componentes: confianza,
bondad, permitir y aceptar. Por lo tanto, si amaba mi grasa
podía expresar este sentimiento como:
El permitir y el aplicar la bondad fueron los más
difíciles porque iban en contra de todo lo que se me había enseñado acerca de
estar gorda. Aprender a amar mi gordura fue una tarea mucho más difícil de lo
que hubiera imaginado y me tomó un par de años comprenderlo pero, finalmente,
llegué hasta allí utilizando los principios multidimensionales.
Finalmente me relajé,
comí adecuadamente, me vestí mejor y dejé de obsesionarme acerca de mi peso.
¡Un milagro por cierto! Y el peso
permaneció. Durante ese tiempo hubo grandes cambios en nuestras
vidas al mudarnos desde Los Angeles de regreso a
Kansas City a principios del 2001. Un poco después,
recibí otra pista para poder resolver el misterio de cómo perder peso. Desde
hacía tiempo sabía que el Ego/Niño Interno jugaba un rol en el aumento de peso
pero no sabía exactamente cómo.
Mis guías me habían enseñado la perspectiva
multidimensional del Ego/Niño Interno y me habían explicado que el Ego era lo
mismo que el Niño Interno y que una vez que me diera cuenta de esto podíamos
experimentar el auto-amor ya que amarse a sí mismo es la experiencia de querer
y procurar el Ego/Niño Interno.
Escribí un artículo acerca de eso también. Se titula
“¿Acaso es lo mismo el Niño Interno y el Ego?” Si, ellos me dan las cosas y yo
las escribo. Ese es mi trabajo. También explicaron que el Ego/Niño Interno (o, para
abreviar: Ego/NI) se ve a sí mismo
como nuestro cuerpo físico. ¡Esta fue una excelente pista! Eso
significaba que cada vez que yo miraba mi pequeño cuerpo regordete en el
espejo y sentía disgusto, mi Ego/NI experimentaba ese sentimiento de estar disgustada
con él. También me enseñaron que el
único propósito del Ego/NI es la sobrevivencia en el
momento y a toda costa. Eso significaba que cada vez que me
disgustaba acerca de mi peso mi pequeño Ego/NI entraría en acción y haría algo
que me hiciera sentir mejor en ese momento para que volviera a amarlo de nuevo.
Eso se traducía en comer patatas fritas o cualquier otra forma de alimento
basura reconfortante. Por lo tanto, mientras más a disgusto me sentía más
estaba impulsada por mi Ego/NI a comer para encontrar alivio. ¡Qué terrible
circulo vicioso! En virtud de que el Ego/NI vive en el momento, el impulso
de comer le está pisando los talones a mis pensamientos de disgusto.
La última pieza del rompecabezas para la pérdida de peso
cayó justo en su lugar hace varios meses después de que me hicieron la
histerectomía y que se me dio, en consecuencia, una terapia de reemplazo
hormonal natural (Natural Hormone Replacement
Therapy). Aunque el usar hormonas naturales me liberó
de los efectos debilitantes del Síndrome de Fatiga Crónica que había sufrido
durante varios años como resultado de haberme movido demasiado rápido en el
trabajo de compensación emocional, esto no era la respuesta final al tema de
perder peso.
Una vez más, la pieza final involucraba al Ego/NI. Esta
vez tenía que ver con las reservas
de energía y por primera vez esta pieza no me llegó a través de
mis guías. Lo descubrí como parte del proceso natural de aprendizaje para
pensar multidimensionalmente.
Había escrito el artículo titulado “Enfrentando el Miedo
al Éxito”, que hablaba del miedo al éxito y utilizaba el Método para
Cuando gastamos demasiada energía cotidianamente agotamos aquellos
niveles más allá del punto crítico. Cuando eso sucede el Ego/NI se mueve hacia
lo que llamo el método de maternidad. En el método de maternidad el Niño
Interno trata este gasto excesivo de energía como si fuera un embarazo.
Cuando las mujeres se embarazan empiezan a aumentar de peso como una
protección en contra de la inanición. El Ego/NI siente que está
sufriendo de inanición porque demasiada de su energía se está yendo hacia
otros.
Normalmente hacemos esto porque tememos que si no damos
esta energía “al estar o ser para ellos” de alguna manera no vamos a ser amados
y aceptados por aquellos a quienes se la estamos dando. Cuando damos este nivel
de energía generalmente somos co-dependientes y
estamos, de alguna manera, rescatando emocional o
físicamente a otra persona. El Ego/NI ve cada uno de estos individuos
como bebés a quienes estamos alimentando. En otras palabras, mientras
más personas cuidemos más bebés existen a los ojos del Ego/NI. En esta conciencia o mentalidad de cuidar al otro el
NI tomará cerca del 90% de cada bocado que pones en tu boca y lo va a almacenar
como grasa.
Cuando vas más allá de tus límites energéticos, el Ego/NI
extraerá de estas áreas de almacenamiento la energía que deseas tomar para
otros para que puedas sobrevivir y para que continúes amándolo. Por cierto, esto
se aplica tanto a hombres como a mujeres. El
Ego/NI no ve ninguna diferencia entre el hombre y la mujer, o a los bebés que
está alimentando o la energía que está gastando.
Esto también se enlaza cuando se está trabajando en
demasía o en la falla para delegar. Tuve que hacer una muy buena revisión en mí
para ver dónde estaba yo cuidando
todavía. Ahora bien, aquellos de ustedes que han leído mis
libros saben perfectamente que me considero como la reina de los cuidadores.
¡Nadie puede rescatar a otros mejor que yo! (*risas*). Rápidamente pude
formular una lista de personas a quienes estaba cuidando de una manera o de
otra, en algunas áreas de mi trabajo en donde necesitaba desesperadamente
delegar tareas y responsabilidades en otros.
Antes de continuar déjenme explicar lo que quiero decir
por “cuidar”
(también vigilar, custodiar). Cuidar en este contexto significa
hacer por los otros algo que ellos pueden y deben hacer por ellos mismos. Otra
palabra que se puede utilizar es capacitar o facilitar. ¡Caray,
aprender cómo no tomar el poder del otro al querer rescatarlo es una tarea
difícil para mi! Fui madre desde los 6 años al tener que cuidar de mis hermanos
menores. Aprendí a muy tierna edad que el que mis padres me aceptaran dependía
de mi habilidad para mantener a mis hermanos menores limpios, a salvo y sin
problemas. Mientras mejor lo hacía más me aprobaban. Así que, para mí, el amor
y la aceptación estaban atados a la maternidad. Aprender a deshacer esta
creencia ha sido un largo y difícil viaje.
Tuve que sentarme y utilizar otros métodos que mis guías
me estaban enseñando. Le llamo “El Método de los
Derechos/Necesidades/Límites”. Para poder dejar de cuidar/facilitar tuve que ver muy
claramente cuáles eran mis derechos como humano, como madre y como mujer,
cuáles eran mis necesidades basadas en aquellos derechos y cuáles eran mis
límites basados en esas necesidades.
Tomé tres hojas de papel, tracé una línea a la mitad. Del
lado izquierdo de la primera hoja escribí, “¿Cuáles son mis derechos?” Del otro lado escribí
“¿Cuáles derechos no están siendo honrados?”.
En la segunda hoja escribí, “¿Cuáles son mis necesidades y cuáles necesidades
no están siendo alcanzadas?”
En la tercera hoja escribí, “¿Cuáles son mis límites y cuáles son los límites
que no se están manteniendo?” Esto fue realmente algo que me abrió los ojos,
pero lo más importante fue que me permitió identificarme ahí en donde daba mi
energía a otros para poder ser amada y aceptada. Sin este paso, no podía
empezar a cuidar realmente de mi Ego/NI porque, por
así decirlo, no sabía, dónde o cómo se estaba fugando mi energía. Hacer
ese ejercicio me ayudó a precisar el donde y el cómo. ¡Qué estupendo regalo me
dieron mis guías! Casi compensó esa respuesta de Amor. *Sonrisa*).
Una vez que tuve ya muy claro en dónde iba todavía a
seguir cuidando y que pude dar un paso para establecer los límites, proseguí
hasta el paso final de hacer acuerdos. Los acuerdos, tal como he aprendido, son
cómo le decimos a los otros, cuáles son nuestras necesidades y límites para
que estos no se conviertan en expectativas ocultas. Los he hecho con mi
Ego/NI, mi esposo, mi hija, mis amigos, mis clientes y socios en los negocios.
Tener acuerdos me permitió honrar mis límites energéticos y ganar el apoyo de
los demás al estar haciendo esto. Conforme avanzaba noté que mi cuerpo empezaba
a responder y dejaba ir las libras de grasa adicionales. Hoy día he bajado a la
talla 8 de la 12 que tuve. No he hecho ejercicio en un mes porque mi bicicleta
para ejercitarme está esperando ser reparada, y he estado comiendo alimentos
basura casi todas las noches y no he subido ni una onza. Así que, mis guías
tenían razón, el problema no es lo que comes, tiene que ver con tus
emociones y cómo manejas esas emociones energéticamente.
Seguiré haciendo ejercicio y trataré de comer
adecuadamente, pero me doy cuenta que la pérdida de peso o el aumento de peso
no se verá afectado en gran medida por lo anterior. Todavía hay mucho más en esta
historia, más pequeños detalles que hacen que todo esto tenga más sentido, pero
este artículo ya es demasiado largo así que guardaré el resto para grabar una audio cinta. Espero que este artículo los ilumine, los
inspire y de alivio a aquellos que actualmente tienen sobrepeso. Amar a tu Ego/NI... realmente amarlo,
te brindará mayores recompensas que todas las dietas, pastillas para adelgazar
y horas en el gimnasio juntas. Para mi, el descubrir este
conocimiento multidimensional acerca del Ego/NI fue no sólo una solución a mi
problema de peso, se convirtió en otra avenida para sentir amor por uno mismo
y, por lo tanto, para ascender, y ¿acaso no es eso lo que todos queremos?.
En
Servicio,
Jelaila Starr
El Consejo Nibiruano
www.NibiruanCouncil.com