Junio 10, 2012
Jennifer Hoffman
Me preguntan con frecuencia qué sucede a aquellos
que no están listos o dispuestos a cambiar a los nuevos paradigmas que se están
creando, y la respuesta es que ellos lo harán, pero a su propio tiempo y a su
propia manera. Nuestro lugar no es el juzgar ni criticar sus elecciones, y si
lo hacemos, estamos vertiendo nuestra energía en su senda cuando nosotros
necesitamos toda nuestra energía para nosotros mismos en estos momentos. Aunque
las elecciones de vida de los demás están fuera de nuestro control, podemos
repercutir en ellos a través de las elecciones que nosotros mismos hacemos.
Tenemos que vivir nuestra verdad, en nuestra Luz y nuestro poder y hacer lo que
sea mejor para nosotros. Lo que los demás elijan depende
de ellos.
Estamos despejando mucho de nuestro karma
liberándolo ahora mismo en que estamos sintiendo a través de nuestras
emociones el temor de no estar presentes, de no estar haciendo lo prometido en
nuestros contratos espirituales y de no estar admitiendo nuestras
responsabilidades para con otros. Y sin embargo, su gozo, su éxito, su
abundancia y su satisfacción nunca han sido nuestra responsabilidad en primer
lugar. Nosotros asumimos eso como una parte de nuestro karma con otros,
creyendo que si hiciésemos algo de manera diferente, ellos también lo harían. Y
aunque nosotros hemos sido en ocasiones el abusador, tirano, opresor, siendo
crueles, estrictos y exigentes, hicimos esto a petición suya para que ellos
aprendieran acerca de su poder.
Cada lección y senda múltiple que elegimos tiene un
aspecto más elevado, pero cuando nos enfocamos en lo que otro está haciendo,
hay entonces solamente una senda disponible para nosotros, la senda que incluye
su sanación y lo que pensamos que ella es. Ahora estamos en su senda,
esperando poder regresar a la nuestra con ellos detrás nuestro, pero ya no
podemos más hacer esto. Cuando trabajamos dentro de nuestro poder conectando con
nuestra maestría divina, las reglas son muy claras -- necesitamos permanecer en
nuestra propia senda y dejar que los otros permanezcan en la suya. Podemos
repercutir en sus vidas más poderosamente siendo nosotros mismos nuestro más
poderoso yo, y sin embargo, siendo el mejor ejemplo que podamos ser; el resto
depende de ellos.
Estos son tiempos tan poderosos que hemos estado
aguardando durante tanto tiempo, y no obstante, estamos diluyendo su poder
cuando pasamos tiempo teniendo remordimientos, sentimientos de culpabilidad,
anhelando que otros cambien o esperando tener éxito en completar la
sanación que nosotros creemos es parte de nuestro cierre del ciclo kármico. No lo es. Nosotros sanamos nuestro karma cuando
nos salimos de esta energía, cuando realizamos poderosas elecciones para
nosotros mismos sin importar lo que otros hacen. Y a medida que aceptamos las
elecciones de otros y sabemos que el resto depende de ellos, nosotros avanzamos
en nuestra propia senda con un pacífico corazón y teniendo toda nuestra energía
intacta para facultar la nueva vida que tenemos que crear para nosotros mismos,
nuestro propio Cielo en la Tierra. Y vamos a necesitar toda nuestra energía
para hacer eso.
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