Esta semana, entramos en el mes de
Cáncer, un mes que nos trae oportunidades especiales para crecer
espiritualmente y transformar nuestras vidas. En términos kabbalísticos, sabemos que cada uno de nosotros está
influenciado por la energía de cada mes, incluso si no hemos nacido en el
mismo. Esto significa que, aunque seamos un Tauro o un Leo o un Escorpio,
seremos influenciados por la energía del mes de Cáncer, primero, porque
esta es la energía disponible ahora mismo, y segundo, porque todos tenemos
un pedacito de cada uno de los doce signos del Zodiaco.
El mes de Cáncer es gobernado por
la Luna. Como probablemente sabes, la luna no tiene luz propia. La luz que
vemos en la luna es simplemente un reflejo de la luz del sol. De acuerdo a
los kabbalistas, los seres humanos somos muy
similares a la luna en este sentido porque los seres humanos (la luna)
somos vasijas creadas para recibir la Luz del Creador (la luz del sol)
Desde el momento en el que despertamos hasta el momento en el que vamos a
dormir, estamos casi siempre dirigidos por el deseo de recibir. Digo “casi”
porque cuando nacemos, a cada uno de nosotros también se nos
dio una chispa del Creador, la cual es parte de nosotros. La única manera
en la que podemos convertirnos en la persona que se supone que seamos es al
encender esta chispa, y al hacerlo, tomar aquello que es negativo (la
negatividad que está dentro de nosotros y la negatividad posible del
ambiente en el que nacimos) y transformarlo en Luz por medio de nuestro
propio trabajo y esfuerzo.
También sabemos que Cáncer es un
signo de agua y, como tal, es uno de los signos más emocionales del
Zodiaco. El agua de Cáncer es poderosa: el colchón emocional (como el
líquido amniótico) por medio de la cual la vida se manifiesta.
Por una parte esta emotividad hace
de los Cáncer extremos, amorosos, cálidos y empáticos hacia otros. La
familia y los amigos son extremadamente importantes para ellos. Por otra
parte, sin embargo, esta fuerte naturaleza emocional puede a veces guiar a
los Cáncer a tener dificultades al lidiar con los miedos, dado que el miedo
puede estimular nuestras emociones. A veces los miedos del Cáncer son
fundados y otras veces no. El desafío de este mes para todos nosotros, no
sólo para los Cáncer, es reconocer cómo y dónde nuestros miedos y las
emociones que los acompañan nos están bloqueando de dar el salto hacia
nuestras metas. ¿Tenemos miedo de que las personas no nos quieran? ¿De que
no seremos aceptados? ¿Tenemos miedo de que no podamos hacer lo que
queremos? Los Cáncer tienden a caer en la nostalgia muy fácilmente. ¿Por
qué? Porque puede ser más cómodo vivir en el pasado que enfrentar la
incertidumbre que acompaña el futuro. El pasado es conocido en un 100%. El
problema es que si permanecemos atascados en el pasado, no podemos movernos
hacia delante para lograr el propósito de nuestras vidas.
El cangrejo, el cual es el signo de
Cáncer, camina de lado. Esta es a menudo la forma en la que los Cáncer
tienden a caminar a través de la vida: temerosos de enfrentar las
circunstancias que los esperan. ¿Pero sabes qué? Vi
un hermoso documental recientemente que mostraba como los cangrejos pueden
viajar a través del lecho marino si están juntos los unos con otros,
conectados los unos a los otros. De esta manera, forman una línea que los
une a través del océano hasta el próximo destino.
Para nosotros, esta es una poderosa
lección. Cuando podemos encontrar la unidad con otros, cuando podemos ver
la chispa del Creador que existe en la otra persona, entonces a pesar de
nuestras dificultades y diferencias, no existe océano que no podamos cruzar
juntos, sin importar cuán incierto pueda parecer el camino.
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