EL MIEDO ES “EL GUARDIÁN DEL PORTAL”
EN EL ASCENSO A LA MULTIDIMENSIONALIDAD.
por María del Carmen Ortega Molina
http://desactivandoelmiedo.blogspot.com.es/
Hoy trataré un tema que considero de
crucial importancia en los tiempos que atravesamos. Está a la orden del día y
aumenta, conforme la Tierra atraviesa el escenario de la tercera y cuarta
dimensiones, basadas en la dualidad, para adentrase en la multidimensionalidad
de la llamada 5ª dimensión.
Se trata del incremento del miedo en
los habitantes del Planeta, o por lo menos, en los que quedan dentro del marco
geográfico de la Civilización Occidental, gobernada actualmente a “golpe” de
crisis en todos los ámbitos.
El decidirme a escribir sobre él se debe a que últimamente han venido a mi
“realidad” muchas personas que están lidiando con el miedo en diferentes
grados. Estos “mensajeros” externos han hecho que me replantee la
necesidad de hablar sobre el tema y, aunque mi experiencia fue
atravesar un miedo extremo por lo paralizador que llegó a ser
(tenía miedo del propio miedo) y no todas las personas tengan que pasar por
eso, sí me capacita para trasmitir una luz de esperanza a aquellos que se
encuentren debatiéndose en semejante estado de desasosiego.
Recuerdo
que en los momentos más agudos del miedo, cuando ya había tomado la
determinación de atravesar aquel lamentable estado de conciencia, sólo me
encontré una persona que me dijo: “Mari Carmen, no te molestes en explicar el
miedo que sientes, no te van a entender”.
Con estas
palabras y su presencia, yo sentí la energía empática de esa persona
de elevada conciencia, que también había lidiado con el miedo en su
camino, y eso fue tremendamente sanador para mí.
Para acceder a los espacios
multidimensionales de la 5ª dimensión, es imprescindible transcender la
dualidad en uno mismo. Transcender el programa de separación nos lleva a la
Conciencia Crística del Amor Incondicional que todo lo abarca y todo lo
integra.
El miedo procede de la dualidad, de
la conciencia de separación, del juicio y de la culpa, con la
inconsciente demanda de castigo de esta última.
Cuando una persona está realizando
el camino hacia su interior, tarde o temprano se encuentra con la tremenda
labor de integrar los opuestos dentro de sí misma. Se enfrenta con la tarea más
difícil que pueda encontrar un ser encarnado en la Tierra, en vías de su
Realización: Esta es una palabra mayor… no todas las personas tienen esa meta
como prioridad en su vida, ni tampoco la voluntad necesaria para
conseguirla.
Para que una persona se lance a
realizar tamaña empresa, tiene que haber llegado a la convicción, por lo menos
intelectualmente, de que no es una víctima de nada ni de nadie y sí un creador
responsable de todo lo que hay creado en su vida y en todas sus
circunstancias.
Ello supone un cambio total de
paradigma. De pensar que hay que cambiar el exterior, que las causas del
sufrimiento vienen de fuera, del mundo externo, que la culpa la tienen los
demás… a llegar a entender que el cambio real sólo puede hacerse dentro de uno
mismo y que uno es el generador de todas sus condiciones vitales; es cambiar la
programación mental como si diésemos la vuelta a una tortilla, ese es el
primer paso para recuperar nuestro poder innato.
El poder de cambiar y crear otra
vida en consonancia con nuestro Ser Superior y por extensión de
ello, aportar una diferencia positiva en la vida de las personas que nos rodean.
De hecho, esta toma de conciencia del propio Poder, es requisito
imprescindible para acceder a la 5ª dimensión, que no es dual.
Mientras se está atravesando la 4ª
dimensión, todavía se piensa que el poder está fuera de uno. Así pues, en
esa dimensión dual, se cree en la magia, rituales, gurúes, soluciones y
remedios externos, religiones, crisis… etc. Se cede el poder personal a un
sinfín de elementos externos. Por ello aquí subsiste la conciencia de víctima,
con la falsa creencia de que la “salvación” o el “castigo” está fuera de uno,
que alguien tiene que venir a salvarnos desde fuera o, en el peor de los
casos, a castigarnos. Todo menos responsabilizarnos de nosotros mismos y de
nuestra creación.
Cuando por fin una persona alcanza
la conciencia de 5ª dimensión, sale de la ilusión de víctima, entiende que es
un creador. Sabe que su “granito de arena” es muy importante en la ecuación
total de liberación del Planeta. Comprende que no tiene que cambiar a nadie
más, que al hacer su propio cambio interno, ya está realizando el gran
trabajo que vino a hacer en esta dimensión: SALVAR EL MUNDO DENTRO DE SÍ MISMO.
Si cambia su visión, su manera de
percibir el mundo, si limpia su “viga en el ojo”…lo que sucede
simultáneamente, es que cambia el mundo que ve; porque un observador con
la conciencia amorosa de Cristo hace milagros con sólo mirar.
La valentía y el tesón que se ha necesitado hasta llegar a este punto del
proceso ascendente es resultado de una enorme labor interior con sus correspondientes
modificaciones externas; la acción que sigue a esa toma de conciencia es
necesaria para concretar en la dimensión física esos cambios interiores.
No hay ascenso ni liberación sin cambio. Pretender encarnar la Luz del Espíritu
permaneciendo en la inercia de lo viejo es una quimera...
En esos momentos la persona se encuentra con un nuevo reto, del que
creo yo, por la experiencia que me tocó vivir, que no existe mucha información
al respecto. Por eso nuevamente me veo impulsada a escribir con la
intención de que pueda servir de claridad a otras personas.
Al acceder a la conciencia de 5ª
dimensión, uno se encuentra con la individualización de sentirse “hijo amado de
Dios” o, lo que es lo mismo, siente un AMOR POR SÍ MISMO, como jamás
había sentido ni recibido desde el mundo dual, que siempre ama a cambio de
algo, de manera condicionada.
Toma conciencia con mayor claridad
de que todo lo que existe y ha existido en su vida, es una creación suya,
aunque la haya creado desde la inconsciencia.
Generalmente, en este punto de
conciencia, nos encontramos envueltos por una creación externa asfixiante
en muchos aspectos, que ya no refleja el Ser Soberano que, de manera
inconfundible, hemos sentido que Somos con la iniciación de la 5ª
Dimensión.
Comprobamos que hemos llegado a esa creación como resultado de haber cedido
nuestro poder a las expectativas de los que nos rodearon y a los “dramas de
control” que “jugamos” con ellos, sin ser conscientes de eso. Sólo seguimos
la inercia de lo que creíamos que debíamos hacer en su momento.
No hay juicio en ello. Además, en
esos momentos, aunque nos dijeran que estamos actuando desde programas
erróneos, no nos lo creeríamos en absoluto. Por ello siempre “aparece el
maestro cuando el alumno está preparado”: no antes.
Sigue la dinámica del Observador de
la Física Cuántica.
Lo importante es que nosotros ya no
somos el mismo que dio lugar a esa vieja creación. Hemos sentido la Gran
Iniciación del Amor (Bautismo), inundando con su Luz todo nuestro ADN lo
que ha transformado nuestra materia desde su mismo centro medular.
Esta nueva conciencia posibilita que
veamos las cosas y, a nosotros mismos, desde otro prisma, con mayor
claridad y profundidad. Además de sentir la mejor “herramienta” y la
única con la que se puede acometer esta nueva empresa: MUCHO AMOR POR NOSOTROS
MISMOS para descender a los espacios más tenebrosos de la psique y confrontar
los viejos “dragones” interiores.
Ahora el nuevo enfoque irá
encaminado a deshacer la vieja creación, atrapada físicamente en el cuerpo, en
lo que se llama “memoria celular”.
No se trata de escapar del mundo o
evadirse de la vieja creación: se trata de traer esa Luz que corresponde a
nuestro Ser Soberano, AQUÍ Y AHORA, encarnándolo y transmutando las viejas
memorias, a la vez que transformamos de manera plástica sus correspondientes
circuitos neuro-bioquímicos.
Circuitos neurobioquímicos que están
emitiendo una determinada energía desde nuestro campo, dando lugar a la atracción,
o al mantenimiento, de las personas o de las condiciones dolorosas,
o de vibración densa, que existen en nuestra vida.
En este punto de inflexión, la
persona sabe que es un creador y sabe que la creación que ha hecho externamente
es un reflejo de su “Sombra”, o inconsciente. O, si queremos,
también podemos llamarle “aspectos” dimensionales internos o memorias
celulares coaguladas en la materia de su cuerpo físico.
Estos momentos resultan abrumadores.
Generalmente la persona se pregunta: “¿Cómo puedo encontrarme en este estado
tan confuso y temeroso después de haber hecho tanto trabajo interior?”
Percibe de manera más clara su
dualidad… pero ahora el trabajo consiste en zambullirse de lleno, con la Luz
del Espíritu, en esa dualidad sin rechazar absolutamente nada. Esto parece
sencillo, pero quien esté realizando este trabajo sabe lo difícil que resulta.
Permitir dentro de uno la
lucha de los opuestos, además en forma de verdadera batalla energética interna,
que se siente totalmente real, es como “descender a los infiernos”.
Sabemos, por esa lucidez que ahora nos acompaña, que tenemos la conciencia
alterada por esas energías dimensionales que están emergiendo y batallando entre
sí, dentro de nosotros; pero saber esto no nos exime del dolor emocional que
experimentamos interiormente, sintiendo toda la carga energética que
tuvieron desde el momento en que se formaron y quedaron atrapadas en
nuestras carnes.
Por ello, lidiar con esta contienda
interior, al principio, es tan difícil… Gracias a la progresiva
encarnación de la Luz, nos sentimos más capacitados para confrontar esa
gran batalla de la dualidad dentro de nosotros. Bajo la Luz del Amor, que lo
permite todo sin juicios, es, como podemos integrar tamaño enfrentamiento
de energías.
No olvidaremos tampoco que en todo
este proceso la tendencia es a resistirnos: La resistencia es contracción y la
contracción es…¡MIEDO!.
Miedo que puede llegar a paralizar a
la persona, como me ocurrió a mí durante muchos años, sin entender,
entonces, qué me estaba ocurriendo.
En aquella época no encontré a nadie
que pudiese darme algún tipo de luz al respecto, excepto la persona que he
señalado al principio. A veces, al contrario, las interpretaciones externas de
personas “intelectualmente espirituales”, fueron demoledoras y muy poco
amorosas. Tampoco encontré lectura informativa sobre esto, con lo cual, y
como fue norma en mi Camino, tuve que echar mano de mis desconocidos (aún por descubrir)
recursos internos y con la guía amorosa del Espíritu, atravesar todos los
miedos que, al emerger simultáneamente, me habían dejado incapacitada
durante un largo tiempo.
Ahora, después de tantos años en el
Camino, miro hacia atrás y puedo ver con perspectiva qué es lo que me sucedió
entonces y la razón de todo aquello.
Cuando uno va adentrándose en la
multidimensionalidad de su SER, tiene que integrar la totalidad de las memorias
dimensionales que emergen conforme va descoagulándose la materia de su
cuerpo físico, como resultado del proceso ascendente hacia vibraciones
superiores.
…Memorias que se formaron a lo largo
de muchas vidas pasadas y de muchos futuros probables puestos en marcha
en ellas. En estas memorias se encuentra todo el bagaje experimentado
durante el viaje del alma en la dimensión de la dualidad…Memorias
que contienen toda la gama de contenidos positivos y negativos, pasados y
futuros, probables o potenciales…Unas memorias que contienen
absolutamente, TODO…
Para acometer tan tremenda
empresa de integración, ya no nos sirve el intelecto procedente de “la
caja” de los viejos conceptos, ahora toca meterse en ellas, de lleno, cuando
afloren en la superficie de la conciencia, inundándonos con
intimidantes contenidos mentales y feroces luchas energéticas, que
no podemos entender: sólo SENTIR.
Toca ir más allá de la mente.
Y eso es aterrador. La mente, acostumbrada siempre a querer tenerlo todo bajo
control, ahora se topa con energías y sensaciones a las que no encuentra lógica
ni explicación.
Aquí es cuando la mente, en su
inercia de mantener todo bajo el control del intelecto, comienza a asociar el
miedo con experiencias pasadas, que se convierten en disparadores del miedo
presente y que paralizan a la persona con el miedo anticipatorio al
futuro, en una rueda que parece no va a terminar nunca y cuyo culmen son las
fobias.
¿Cómo vamos a comprender el origen, la acumulación energética de todos los sufrimientos,
carencias, separaciones, pérdidas, enfermedades, la multitud de formas de
morir…etc., y que están petrificadas desde el pasado o desde los futuros
probables o desde todo el “banco de memoria del colectivo”,
literalmente en nuestras carnes? ¿Cómo vamos a utilizar la mente para abrazar
tales energías que no pertenecen al ámbito del viejo entendimiento
lineal? No es posible esto.
Sólo desde el Amor Incondicional y la aceptación total que nos PERMITE
SENTIR TODO, podemos llegar a la LIBERACIÓN. Y, a ella sólo se llega
tolerando lo que nos parecía intolerable.
No quedará juicio ni para nosotros
ni para nadie y así accederemos a los espacios multidimensionales del SER UNO.
Sabremos que el mundo que percibimos
es reflejo nuestro. Cuando ya no haya acción reactiva ni juicio ante él,
habremos “salvado el mundo” dentro de nosotros. Sentiremos que ya Somos, ya
estamos en la Nueva Tierra pronta a manifestarse.
Para mí el miedo, ha sido mi gran
maestro de aprendizaje y disciplina para permanecer en el PRESENTE. Era tan
duro sentirme en esa especie de cárcel mental de barrotes hechos de miedo, que
no podía salir de allí si no era atravesándolo, así sentía los intensos
contenidos emocionales que se disparaban por activadores externos, en
determinados momentos. Confieso que fue abrumador durante años, pero
finalmente lo atravesé, yendo más allá de mi mente.
Esa sensación desagradable e
intensa, que se anticipaba al futuro, dilatando y proyectando el sufrimiento
para ese futuro, sólo la pude desactivar sintiéndola en el presente: lo
que me llevó a estar en un estado de PRESENCIA casi permanente.
Cuando alguna vez, surge alguna
vieja memoria para integrar, sea mía o del consciente colectivo, ya tengo la
suficiente maestría para permitirla y sentirla en el AHORA, sin evadirme de
ella, sabiendo que en ese instante estoy transmutando densidad por más
Luz encarnada del Espíritu, o lo que es lo mismo: CAMBIANDO MIEDO POR AMOR.
En esa acción de estar en el AHORA,
es cuando somos totalmente creadores conscientes desde el Poder del SER. Y no
es ni más ni menos que permanecer en QUIETUD ante cualquier circunstancia o en
cualquier confrontación interna. Ese es el objetivo.
Jesús decía que mientras estuviésemos en el mundo (dualidad) tendríamos que
estar, vigilantes…
…Vigilantes para permanecer en el AHORA, ya que: “Cada día, trae su
propio afán”.
En la época en que estaba más
paralizada por el miedo, hasta el extremo de que salir de casa era para mí una
auténtica odisea anticipatoria, con sus correspondientes “somatizaciones”
físicas del miedo, las “herramientas” que más me ayudaron a transcender aquel
penoso estado de conciencia, fueron tener la certeza de que desde el SER
había un Amor absolutamente incondicional e inmutable hacia mí (yo ya lo había
experimentado en carne propia, tras salir mi kundalini por la coronilla...)
No obstante, bajo aquel estado de bloqueo, no lo podía sentir como lo
tuve los meses posteriores a la sublime experiencia, por mucho que yo
luchase por volver a tener aquel maravilloso estado de conexión, pero sí
sabía que, a pesar de todo, estaba ahí... Era como la certeza de
saber que el Sol siempre está brillando en el cielo aunque, de cuando en
cuando, lo tapen los nubarrones y no podamos verlo ni sentir su calor.
Esa certeza fue lo primordial para
embarcarme en la acción voluntaria e imprescindible, para transcender
aquel “desierto” que, durante un período de mi vida, se adueñó de
mí.
A partir de ella surgieron
“herramientas” a poner en práctica para salir de la penosa paralización
en la que estaba. Afirmaciones cargadas de Voluntad Superior que me pusieron en
movimiento hacia adelante, como:
“DETRÁS
DE ESTE MIEDO, ESTÁ MI LIBERACIÓN”.
Así me ponía en marcha, sabiendo que
la acción era de suma importancia en este trabajo para dejar los circuitos
neurobioquímicos nuevos, más allá del miedo, impresos en mi cerebro y en la
bioquímica de mi cuerpo y por supuesto, activados en mi ADN.
“EN LA CAPACIDAD QUE TENGO DE ACEPTAR, DE TOLERAR, DE
SENTIR…MI VULNERABILIDAD, MI DEBILIDAD, MI HUMANIDAD… RESIDE MI PODER”.
No se trataba de negar lo que
estuviera sintiendo, fuera la emoción que fuese, ni de negar las circunstancias
que me contraían por el miedo y la resistencia, o de negar, incluso, cualquier
malestar físico o somatización…se trataba de enfocarme en que detrás de ellas,
atravesando esa incomodidad y se presentase como se presentase, estaba la
Verdad que Yo Soy, estaba mi LIBERACIÓN.
Es como meterse en “el ojo del huracán”, en el “Punto de Quietud” o
Punto Cero, en dónde se conecta con todos los potenciales
milagrosos del SER.
Llegar a este punto central de la cruz, es lo que ejemplifica Jesús en la
Crucifixión. Con ello se transmite que todos los opuestos, horizontales y
verticales, de todas las dimensiones del pequeño universo que somos cada
uno de nosotros, se unifican en el centro de la cruz o Punto Cero, pero antes
de ello, ha tenido lugar una batalla interna representada en la agonía de Getsemaní.
Esto es una dinámica que se da a lo largo de todo el Camino de integración
interior, sólo que en las últimas etapas se siente como si no hubiera “velos”
que pudieran amortiguar el dolor que produce la confrontación de las
energías.
Así
pues, si la tendencia era a huir, a no querer confrontarme con lo que
emergiese…ahora se trataba de ir adquiriendo la maestría para permanecer en
QUIETUD, ACEPTANDO, PERMITIENDO, RESPIRANDO…SIN MODIFICAR NADA…SIN JUSTIFICAR
NADA…SIN PENSAR…SÓLO SINTIENDO Y DANDO ESPACIO A LA CONTIENDA QUE SE
DESARROLLABA EN EL INTERIOR, CON TODA LA PACIENCIA QUE ME FUERA POSIBLE.
Claro, de esta manera y con este enfoque, mi creación vieja paralizante,
ante tal batalla interior, iba transformándose en una creación cada vez
más liberadora y jubilosa, además de dejar en mí esa maestría de poderme situar
en el AHORA, en dónde reside verdaderamente nuestro PODER CREADOR.
Gracias a Dios, todo aquello ya pasó
y yo me siento enormemente agradecida por ello. Disfruto muchísimo de todas las
cosas pequeñas, esas que para otros puedan parecer insignificantes. Yo las
valoro muchísimo porque me pasé años en un estado que me impedía disfrutar de
VIVIR EN EL AHORA.
Y con gran júbilo y alegría, el ADN
que sané y activé en mí, con nueva información, emite a través de la unión de
nuestros respectivos Campos, una energía que facilita la sanación a otras
personas que están haciendo su Camino y en ocasiones, pasando por el mismo
miedo extremo que yo pasé, transfiriéndose de un ADN a otro ADN,
unos códigos con la información de desactivación del miedo.
Esto lo he constatado, con gran
alegría, en varias personas que se han ido recuperando del miedo ancestral,
visceral, que las tenía paralizadas durante años. Esto es algo que sólo puede
entender quien ha pasado por ello.
Personalmente, reconozco que
estas recuperaciones son, de lo más jubiloso que he sentido en mi vida:
Ver cómo otras personas se van liberando y recuperando su PODER, es uno de los
mejores obsequios que una persona puede recibir. Además de ver reflejado lo
mejor de mí misma en ellas; lo peor de mí ya me costó lo mío integrar y
transcender.
Cuando las veo tan recuperadas, tan llenas de esperanza y ánimos
renovados, realizando su propio e intransferible Camino interior, doy gracias
al Padre y reconozco que todo lo que tuve que pasar y transcender, con tanto
esfuerzo, tesón, respeto y amor por mí misma, mereció la pena.
Realmente la Vida es un escenario maravilloso para experimentarnos a
nosotros mismos, viviéndola, “impregnándonos” en ella,
tomando conciencia de nuestros claros y oscuros, reconociendo por
contraste, gracias a ellos, Quienes Somos de verdad. Y mientras,
vamos realizando el viaje de regreso hacia la Casa del Padre, como “El hijo
pródigo” hacia los brazos de su Padre.
Este es realmente un viaje para los AUTÉNTICOS. Llegados a este punto
evolutivo, ya no sirve “hablar de boquilla” ni desde las teorías mentales
porque sólo desde la autenticidad del que se ha metido de lleno en la
experiencia de la Vida, siguiendo su propia “brújula del alma” para salir de
las “tormentas” en él mismo, se tiene la capacidad para transcender el
miedo. Se adquieren así las frecuencias que le sirven como llave para
neutralizar al “Guardián del Portal” hacia la multidimensionalidad del
SER.
Esa es nuestra Herencia Divina: El Tesoro o Reino de los Cielos, que decía
Jesús.
Un Campo energético que ha sido unificado a través de transmutar e
integrar las frecuencias del miedo por las frecuencias del AMOR, es un
Campo que irradia una energía muy poderosa, capaz de regenerar
positivamente todo lo que entra en su radio de acción.
Una vez comprendido todo esto,
sólo nos queda llevarlo a la práctica, a la total Realización. Sabiendo que
conforme ascendemos a los espacios multidimensionales del SER, cuyas
frecuencias no tenemos conceptos humanos para entender, los próximos pasos a
seguir, serán abandonarnos a Él, aceptando el hecho de que no sabes qué
hay más allá…pero ya prima en ti la total CONFIANZA de que Él te lleva…y tú ya
no quieres otra cosa que eso.
Y Él te lleva de la mano…cuando
permaneces en ese PUNTO DE QUIETUD en el que has aprendido a estar, en el
que te transfiguras en su “Recipiente” para integrar todos los “aspectos”
dimensionales dentro de ti mismo, te conviertes en “Recipiente” del
Espíritu, del Todo lo que Es, que tú Eres, que Yo Soy.
UN ABRAZO DESDE EL ALMA CON TODO MI
AMOR:
María del Carmen Ortega Molina.
pisandotierra@yahoo.es
http://www.youtube.com/watch?v=o4cRb-6DZ6k&list=UU4Vm2JlEwPZmfbwPD13O5sw&index=4&feature=plcp