La
Energía de la Divina Presencia YO SOY es electrónica, la energía humana es
atómica. Por lo tanto la Energía de la Presencia está formada por electrones Luz,
chispas de Luz purísima. La Vida es Dios. Estos electrones contienen el sello
particular de cada corriente de vida (el ser humano), el cual es único e
irrepetible, así como lo son las huellas digitales de cada individuo así es
como cada somos para Dios, únicos, irremplazables y muy amados por Su Corazón
Celestial.
Los
electrones descienden desde el Corazón de la Presencia pasan a través del cordón
de plata y penetran en el corazón del ser habilitándolo para latir y
dispensar la vida física. Al llegar al corazón, los electrones son recibidos
por el Santo Ser Crístico el cual se encarga de
distribuir esta Luz Electrónica hacia los cuatro vehículos (físico, etérico, mental y emocional) de acuerdo a sus necesidades
del momento en su función de Guardián Espiritual de los electrones.
Cuando los electrones
que llegan al vehículo mental encuentran que son calificados o moldeados en
pensamientos positivos, luminosos y de bien, cumplen el propósito de iluminar
la mente y conectarlas con las Ideas Divinas a disposición para crear Patrones
de Protección mental. Los electrones contienen en si mismo el Poder de
Iluminación para cada mente.
Cuando llegan al
vehículo emocional y encuentran quietud y serenidad, ellos puede
manifestar la Paz porque en su centro está la Armonía Divina de Dios.
Cuando
llegan a los sentimientos y los encuentran amorosos, bondadosos, abiertos al
perdón y a la misericordia, ellos pueden moldear bellas formas de sentimientos
que se irradian como una bendición para el corazón.
De
esta forman graban en el cuerpo etérico o
subconsciente únicamente memorias de Luz que luego se reproducen en la vida
como alegría y prosperidad.
Cuando
estos electrones le es permitido fluir por el sistema nervioso central
libremente en forma de Luz Líquida, ellos se encargan de nutrir con esa Luz
cada célula, órgano y sistema del cuerpo, permitiendo así una manutención de la
salud perfecta.
Cuando la mente
desacelera la vibración de estos electrones con sombras de pensamientos
negativos, con estructuras mentales limitadas, ellos son aprisionados en forma
imperfecta que se proyectan luego en el exterior, lo mismo sucede cuando son
sombreados por sentimientos no amorosos, por emociones discordantes por
palabras de críticas o condenación o conductas incorrectas. Esa condensación de
electrones sombreados se acumulan en el cuerpo etérico,
formando las causas de todas las aflicciones que luego padece el ser
humano, vida tras vida hasta que reconoce la forma de redimir, de
limpiar y liberar la energía electrónica que ha aprisionado.
Cuando
un electrón es descalificado en su uso es desacelerado en su frecuencia
vibracional y por lo tanto se genera una causa de aflicción. Lo que es de
vibración elevada es Luz. Lo que disminuye la vibración no es Luz. Los
problemas, fastidios o inconvenientes de toda clase son generadas por la
disminución de la vibración y se solucionan elevando la misma, con pensamientos
y sentimientos positivos.
Sabemos
que los electrones se reúnen alrededor de un núcleo formando un átomo y
estos se nuclean formando moléculas, células y de
allí parten a los órganos y sistemas. Cuando a la Luz de los electrones no le
es permitido llegar a nutrir las células , comienzan
los inconvenientes con la salud porque toda enfermedad es solo falta de Luz en
esa zona particular. Cuando ese bloqueo energético se limpia y la Luz vuelve a
fluir hacia ese espacio sobreviene la curación o sea la armonización de ese
órgano su elevación vibracional por la llegada de la Luz .
Esta
es la explicación a las variadas vicisitudes que debe enfrentar el individuo en
la experiencia del diario vivir, contando con la realidad de saber que en todo
momento él es un calificador de la energía y que todo lo que califica sale de
él y se difunde por su entorno. Todo lo que nos rodea es creado por la energía
que emana de nosotros mismos y nada ni nadie es culpable de esas creaciones.
Nosotros
las creamos y nosotros podemos re-crearlas en bien.