Amar las sombras
Pero escondidos en algún rincón de nuestro yo,
están nuestros “demonios”: la envidia, los celos, el deseo de controlar y
manipular, la avaricia, el miedo, el egoísmo… Una verdadera caja de Pandora
que, por todos los medios, queremos evitar, combatir u ocultar.
Pero todo lo que combates te debilita, todo lo que ocultas de ti mismo sigue
estando allí de todos modos, y para conocerse y amarse a sí mismo, crecer y
evolucionar de verdad, la honestidad es fundamental.
Para poder amar nuestras sombras tenemos que dejar de
lado nuestra mente, condicionada por los demás, por la sociedad y la religión.
Tenemos que estar presentes en el aquí-ahora, y vivir con intensidad ese estado
o emoción.
El rechazo, los juicios y las críticas no sirven, pues
nos hacen sentir culpables y hacen que amarnos a nosotros mismos sea imposible.
Y si comprendemos que en realidad la oscuridad no
existe, sino que hay apenas una ausencia de luz, entonces percibimos que amar
nuestros lados oscuros y sombríos es fundamental.
Lo primero es la aceptación total e incondicional de todo
lo que somos, incluidos esos aspectos que juzgamos o rechazamos, la
mayoría de las veces a causa de los condicionamientos que hemos recibido de la
sociedad.
Amarnos y aceptarnos aún en medio de la furia, del dolor, la inseguridad, los
celos o cualquier otro sentimiento o estado en el que nos encontremos, sea cual
sea, y dejando atrás cualquier idea preconcebida de cómo se supone que deberíamos
ser.
La aceptación y el Amor tienen una cualidad
“milagrosa”: transforman en Luz todo aquello que antes nos causaba horror.
Mirarse al espejo en medio de un ataque de ira, o cuando estamos llorando o
temblando de pavor, y en voz alta decirnos: “Te amo y te
acepto también con esto, te amo siempre”, ayuda a
realizar una verdadera transformación.
De inmediato algo profundo se relaja en nuestro interior. De repente podemos
ver nuestra propia belleza aún con el rostro cubierto de lágrimas, o contraído
de enojo y frustración. Podemos aceptar y amar nuestra humanidad, y nuestro
lado animal, y entonces hemos comenzado nuestro camino en dirección a nuestra
divinidad…
Sólo así, amando nuestros lados “oscuros”, es que
éstos se convertirán en Luz. No hay atajos ni engaños posibles, pues tarde o
temprano todo aquello que hemos intentado ocultar o reprimir saldrá a flote de
todos modos, ya sea a través de una enfermedad, un ataque emocional
incontrolable o una profunda depresión.
Sólo cuando amamos también nuestras sombras, podemos
amarnos a nosotros mismos y amar a los demás con totalidad, profundidad y
plenitud.