Sobre los iones positivos y
negativos
En
las horas anteriores a una tormenta en el aire predominan los iones positivos,
inquietando a los animales y a los insectos. Cuando ha pasado la tormenta, en
el aire predominan los iones negativos, por lo que el aire se percibe más fresco, limpio y agradable.
Estudios realizados a
principios del pasado siglo demostraron que cuando el aire tiene una carga
eléctrica excesivamente positiva, esto es, predominan las partículas con carga
positiva (+) sobre las de carga negativa (-) se producen efectos perturbadores
sobre nuestra salud, en cambio, cuando predominan las cargas negativas (-),
favorece la relajación y el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Los iones negativos
(-) se producen en
la naturaleza espontáneamente debido a fenómenos meteorológicos, radiaciones
cósmicas o saltos de agua (tormentas, rayos, vientos, etc.) y por radiaciones
de la tierra y otras muchas causas.
Una importantísima
fuente de iones negativos es el agua en movimiento, debido a que cuando el agua
choca y se divide la parte más volátil queda cargada negativamente (Efecto Lenart). Por esta razón, instalar una fuente de agua en la
dirección geográfica adecuada según el feng shui, es
óptimo.
En una atmósfera sin
electricidad estática (iones negativos superiores a los positivos), según
muchas investigaciones hechas con animales y plantas, no hay salud.
Los iones positivos
(+) se forman por
la acción de los rayos ultravioletas del sol y los rayos cósmicos. Son varios
los factores que favorecen la multiplicación de los iones positivos. Podríamos
decir que uno de los más importantes es la nube de contaminación atmosférica
que se genera en las ciudades envolviéndolas –y colándose en los hogares–, debido a que está formada de partículas cargadas
de iones positivos. A esto hay que sumarle los materiales utilizados en la
construcción y en la decoración de los edificios que son grandes acumuladores,
junto a los sistemas de aire acondicionado que al circular el aire por tubos
metálicos, provocan que los iones positivos tripliquen a los negativos.
Las calefacciones
eléctricas que funcionan con resistencia cuadriplican el número de iones
positivos.
Las superficies
plásticas –muebles, alfombras, suelos, fibras sintéticas, etc.–
también se cargan y liberan iones positivos. Los aparatos eléctricos
(televisión y ordenador, por ejemplo) que utilizamos en las casas o en las oficinas
producen campos estáticos que generan grandes cantidades de iones estresantes.
Respirar aire cargado
positivamente (con predominio de las cargas positivas) puede producir dolores
de cabeza, depresión, irritabilidad, letargo, insomnio, migraña, malestar
general y enfermedades respiratorias.
Beneficios para la salud de los iones negativos
La mayoría de las personas somos muy sensibles en mayor o menor grado a la
ionización, afectándonos directamente a la salud con síntomas en el sistema respiratorio,
nervioso y hormonal como el cansancio, dolor de cabeza, tendencia a la
depresión, irritabilidad, insomnio, desgana sexual…
Los iones negativos
son muy beneficiosos para el sistema respiratorio ya que, entre otra de sus
virtudes, filtran los agentes cancerígenos como puede ser el humo del tabaco,
así como reducen la actividad de la hormona serotonina (aminoácido triptófano y
que tiene múltiples funciones, entre las que cabe destacar su papel como
neurotransmisor en la periferia y en el sistema nervioso central) generadora
del estrés.
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