Ustedes son el capitán de su destino
como fue recibido por Gillian MacBeth-Louthan
Ustedes y
tan sólo
ustedes pueden realizar el cambio. La
humanidad no es más que una curita sostenida en su lugar
por su propio sistema de creencias. Ustedes
no pueden engañar al cuántico ni a sí mismos. Sean honestos y reconozcan hacia dónde quieren ir. Siempre y cuando se aferren a la lucha como si fuera una
balsa salvavidas ello sólo los llevará al mar de la desesperación. Ustedes son el capitán del maestro del destino de su ser; siempre y cuando piensen que todo los está afectando/teniendo un efecto, así será. Cambien su pensamiento, cambien su vida.
Ustedes son Dios cuando son pobres de
espíritu y sustancia, ustedes son Dios cuando rebosan de las riquezas del
día, ustedes son Dios cuando se duermen solos por la noche y despiertan por la
mañana.
Su fe debe estar sellada y ser tan sólida como una roca. Tan
incesante como los mares, cambiando. Desplieguen su humanidad y descansen en
las alas de la certidumbre pues ustedes no pueden ser nada más que
lo que son y quienes son. No flaqueen en el
acaloramiento de la situación sino inicien la trayectoria andando a lo largo del acantilado
del futuro sin ver más que con la lente del corazón.
Ustedes oscilan con cada rizo de la
personalidad, pasando tanto tiempo luchando con los dragones que se quedan
exhaustos. Pues luchan dentro de su propia casa batallando con las
sombras creadas por su propia luz. Pelen lo que los atemoriza, vean profundo
dentro de la brecha de su ser por qué esta tonada de temor toca tan
sonoramente. Ustedes buscan a alguien que los rescate,
quien venga cabalgando en su montura, su corcel de entereza, y los
rescate de la misma vida que ustedes han creado. Aún en esta fantasía existe el
temor de que se les deje caer, los dejen ir o sean abandonados. Sepan,
queridos niños, que yo soy ustedes como ustedes son yo, y que nunca podemos
ser abandonados pues somos Uno de corazón y de cadera, en cualquier forma que asumamos.
Lo que
ustedes buscan no es una seguridad monetaria ni Amor ni sabiduría, sino el saber de que la
Luz es firme e irrestringida. Busquen mi
reflejo en la plenitud de sus lágrimas. En esta experiencia de vida
ustedes han elegido aprender de la misma Tierra sobre la que andan.
Ustedes piensan que les falta algo, que algo está roto en su interior.
Las llaves del Reino del Cielo yacen en su interior; busquen su propio
consejo y lo que buscan les será revelado. Los Cielos les sonríen con una
gran pesadez en su corazón. No busquen ser amados, ¡busquen ser
el Amor!
Su maestro
y hermano, Sananda
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