Extracto del
nuevo libro de Mark: El corazón rubí del dragón:
signos solares para nuestros tiempos
De lo complicado
a lo simple
y de lo simple a
lo complicado.
Mark Borax
Traducción:
Alicia Virelli
Hace un año comenzamos
la serie Los signos solares de nuestros tiempos y ahora que hemos cubierto los
12 signos, pasamos a las polaridades o lo que también llamo la cabeza y la cola
del dragón.
En tu carta natal,
estos son los signos de tu nodo norte y sur, siempre en oposición, el antiguo
país del que estás saliendo y la tierra prometida que tienes por delante...
Si conoces el signo
de tu nodo norte, puedes leer esta serie para obtener más información sobre esa
tierra prometida.
Sin embargo, incluso
sin conocer la cabeza o la cola de tu dragón, puedes aprender más sobre un
signo del zodíaco, por ejemplo, tu signo solar, al comprender su tensión de
polaridad. Dado que todos contienen todo el zodíaco en una combinación única,
probablemente encontrarás partes de ti mismo esparcidas como escamas de dragón
en todas las polaridades zodiacales.
La polaridad
Aries-Libra:
De lo complicado a
lo simple
y de lo simple a lo complicado.
Con Aries a la
cabeza del dragón, ten cuidado con las dudas. Confía en tu instinto... Volviste
para involucrarte directamente. Sin embargo, debes involucrar más que tu mente
y sumergirte en energías sutiles y fuertes que te impulsen hacia adelante...
Tan rápido como
viaja el pensamiento, la energía viaja más rápido. Bajo la complejidad de
nuestro tiempo, el espíritu de la especie está ansioso por liberarse y Aries
lidera la carga.
Los pensamientos
pueden llevar la conciencia humana al futuro pero la energía vincula su sentido
sutil con las fuerzas del presente que mejoran la vida.
Tu dragón está al acecho de
avances evolutivos...
Libra, a la cabeza
del dragón está aprendiendo clarividencia ... que te
permite percibir lo que otros están experimentando sin necesidad de que te lo
digan.
Cuanto más te
preocupas por alguien, más se agudiza este sentido. Se necesitan muchas idas y
venidas para dominarlo. Ir demasiado lejos puede desequilibrarte al inundarte
tanto con la experiencia de la otra persona que pierdas el rastro de la tuya.
No ir lo suficientemente lejos corres el riesgo de dar vueltas en círculos
repitiendo el encierro en ti mismo de vidas pasadas.
Tu dragón está
volando desde un pasado estrecho hacia el mundo compartido que se manifiesta
cuando dos se juntan de corazón a corazón y de alma a alma.